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El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) dio a conocer el Sistema de Indicadores Cíclicos (SIC) que permitirá analizar los ciclos económicos de México. Este sistema sustituye al Sistema de Indicadores Compuestos: Coincidente y Adelantado (SICCA) que se venía difundiendo desde hace varios años y también está conformado por dos indicadores compuestos con las mismas denominaciones -coincidente y adelantado- del cual haremos una breve reseña, para luego pasar a comentar los resultados y a hacer algunas observaciones sobre el mismo.
Estos indicadores se generan a partir de una metodología utilizada por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) lo que permite hacer comparaciones con distintas economías a nivel mundial. Análogamente al SICCA, el indicador coincidente (IC) refleja el estado actual de la economía, mientras que el adelantado (IA) busca señalar anticipadamente la trayectoria del IC, particularmente sus puntos de giro: picos y valles.
Sin embargo, el SIC utiliza un enfoque de “ciclo de crecimiento” que define a los ciclos económicos como las desviaciones de la economía de su tendencia de largo plazo. De esta forma el valor del IC, así como su tendencia de largo plazo presentada por una línea horizontal igual a 100, permite identificar 4 fases del ciclo económico:
• Expansión: cuando el IC está creciendo y se ubica por arriba de su tendencia de largo plazo.
• Desaceleración: cuando el IC está decreciendo y se ubica por arriba de su tendencia de largo plazo.
• Recesión: cuando el IC está decreciendo y se ubica por debajo de su tenencia de largo plazo.
• Recuperación: cuando el IC está creciendo y se ubica por debajo de su tendencia de largo plazo.
INEGI señala que para que se detecte un punto de giro (pico o valle) ya sea en los indicadores compuestos o en las variables que los conforman, entre uno y otro debe existir por lo menos un periodo de 9 meses que los separe y la longitud de los ciclos debe de ser de al menos 21 meses. Es decir, para determinar si la economía se encuentra en recesión, es necesario considerar no solamente si el IC se ubica en la etapa recesiva sino además si ha registrado por lo menos 9 meses desde que inició la recesión.
Resultados del Indicador Coincidente (IC)
El IC ha venido creciendo consecutivamente desde julio de 2009 (recuperación) y sólo a partir de junio de 2010 comenzó el proceso de expansión, esto es, el IC está creciendo y se ubica por arriba de su tendencia de largo plazo (100) aumentando 0.06 por ciento en septiembre de 2010 respecto al mes anterior.
INEGI destaca que el comportamiento del IC es resultado de la evolución de sus componentes: la tasa de desocupación urbana, el indicador de la actividad industrial y las importaciones totales se encuentran en expansión; el indicador de la actividad económica mensual se encuentra entre desaceleración y expansión; y el número de asegurados permanente en el IMSS y las ventas netas al por menor en los establecimientos comerciales se encuentran en fase de recuperación.
Al considerar al IC del SIC, la última recesión de la economía mexicana inició en mayo de 2008 y concluyó en mayo de 2009 en contraste con lo que indicaría el IC del SICCA, que la recesión comenzó en enero de 2008 (punto máximo de su IC) y concluyó en agosto de 2009 (mínimo); es decir, mientras que para el SIC la última recesión fue de sólo un año y comenzó después, para el SICCA fue de 17 meses y concluyó más tarde.
Resultados del Indicador Adelantado (IA).
El IA en septiembre no registró cambio respecto a agosto de 2010, luego de haber presentado tres meses consecutivos de caída por lo que está en un proceso de desaceleración, que quiere decir que la economía tendería a seguir creciendo los siguientes meses, pero a tasas menores o decrecientes. La evolución del IA es resultado de que el índice Standard & Poor’s 500 y las exportaciones no petroleras están en fase expansiva; mientras que la tendencia del empleo en las manufacturas, el tipo de cambio real y la tasa de interés interbancaria de equilibrio (TIIE) están en desaceleración, y el índice de Precios y Cotizaciones de la Bolsa Mexicana de Valores está en la fase de recuperación.
Respecto al IC, el IA señaló la recesión con nueve meses de anticipación (agosto de 2007) y de recuperación con tres meses (febrero de 2009). Lo cual obviamente sólo se supo retrospectivamente hasta que se confirmaron las tendencias y se cumplieron los requisitos planteados por INEGI.
Metodología del SIC
Se obtienen los ciclos de cada componente mediante la aplicación del filtro Hodrick-Prescott, utilizando series descestacionalizadas de las variables seleccionadas corregidas por observaciones atípicas. Este filtro se aplica dos veces: una para calcular la tendencia de largo plazo, y una segunda vez para eliminar la variabilidad de corto plazo en el componente de cíclico obtenido previamente.
Posteriormente los ciclos de las variables componentes del indicador se estandarizan con la finalidad de igualar la volatilidad entre ellas y “finalmente se obtiene el indicador cíclico correspondiente, mediante el promedio de los cambios mensuales de sus componentes (en términos de ciclos suavizados estandarizados).”
Comentarios Finales
Aunque INEGI advierte que los indicadores compuestos del SIC están sujetos a cambios debido a las revisiones de la información básica y a que se parte de series desestacionalzadas para el cálculo y a los filtros que se utilizan; lo que sigue preocupando en términos de metodológicos es que cada nuevo dato mueva toda la serie en su conjunto como sucedía con los indicadores del SICCA (véase Nota Económica de Diciembre 4, 2010).
Por otra parte, extraña que la recesión haya comenzado en México seis meses después que en Estados Unidos (diciembre de 2007 vs. mayo de 2008) y que haya terminado antes (junio vs. mayo de 2009) de acuerdo al SIC. Me parecía más lógico el ciclo establecido por el SICCA, según el cual la recesión comenzó en enero de 2008 y concluyó en agosto de 2009. Por otra parte, mientras que el ciclo económico usando el IC del SICCA era más irregular, el del SIC es mucho más armonizado, por lo que el proceso de “ciclos suavizados de las variables” puede estar eliminando perturbaciones de corto plazo que son relevantes en términos económicos.
En lo personal prefería la metodología del SICCA similar a la de los indicadores líderes de Estado Unidos cuya trayectoria no depende de una tendencia de largo plazo movible, cuyos componentes están bien definidos y con ponderadores establecidos con claridad, a diferencia de los del SIC y SICCA, y con criterios de estacionalidad no movibles, es decir, que cada nuevo dato no modifica los valores de la serie en su conjunto.
Finalmente vale la pena comentar que si INEGI quiere que el SIC no tenga la misma suerte que el SICCA cuyo esfuerzo no fue percibido como relevante por los analistas y los medios de comunicación, debiera quitarse la suspicacia de que el organismo no es realmente autónomo y que está capturado por el Gobierno Federal. Para lo cual debe de transparentar sus decisiones y someter a discusión los procedimientos y resultados con expertos independientes. De lo contrario, los cuestionamientos a los trabajos que realice como sucedió con la Encuesta Nacional de Inseguridad que indicaba que la criminalidad en los estados de Nuevo León, Chihuahua, Guerrero Tamaulipas, Sonora y Coahuila disminuyó en 2009, seguirán mermando la credibilidad y confiabilidad de las cifras oficiales, a pesar de que el trabajo desempeñado sea muy profesional, lo cual resultaría lamentable para todos.
Seguiremos observando el desempeño de los indicadores del SIC y su desempeño para poder conocer mejor la evolución de la economía mexicana. No está de más compararlos con los indicadores líderes para México que utiliza The Conference Board. En un futuro haremos el comparativo.
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