domingo, 17 de julio de 2011

Jul 17, 2011: La crisis económica pasó la factura a los hogares (ENIGH 2010)

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El ingreso corriente promedio trimestral por hogar cayó 12.3% en términos reales en 2010 respecto a 2008, informó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) al dar a conocer la tan esperada Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) 2010 el 15 de julio. Al agrupar a los hogares por los ingresos que perciben en diez conjuntos (deciles), se destaca que el ingreso promedio de todos los deciles cayó; pero como el monto de los hogares de los deciles con mayor nivel se redujeron más marcadamente que los de menor nivel, la concentración del ingreso disminuyó. Esto se refleja en que el coeficiente de Gini disminuyó desde 0.456 en 2008 a 0.435

El coeficiente de Gini es una medida de concentración del ingreso, la cual toma valores entre cero y uno. Cuando el valor se acerca a uno, indica que hay mayor concentración del ingreso; en cambio cuando el valor del Gini se acerca a cero la concentración del ingreso es menor.

INEGI atribuye la disminución del coeficiente de Gini al incremento de las transferencias en los primeros deciles, especialmente en zonas rurales y a la mayor pérdida relativa de ingresos en los mayores deciles. Las transferencias son las entradas monetarias recibidas por los integrantes del hogar y por las cuales el proveedor o donante no demanda retribución de ninguna naturaleza. Es decir, hay menos desigualdad, pero debido a que los deciles más altos perdieron más ingreso que los más bajos. Lo anterior implicaría que el nivel de pobreza medida por ingresos empeoró en esos dos años. La proporción precisa y oficial la conoceremos cuando el Consejo Nacional para la Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) de a conocer las cifras.

La disminución real del ingreso corriente total de los hogares en 6.8%, y de la caída del ingreso por trabajo independiente y del ingreso por renta de propiedad en 35.1 y 30.7 por ciento respectivamente apoya la tesis del INEGI respeto a la mejoría del coeficiente de Gini. Sin embargo, es posible que por el problema de la inseguridad y el temor a ser secuestrado, algunos hogares de mayores ingresos no hayan reportado verazmente todos sus ingresos.

La ENIGH siempre ha tenido la característica de que muchos hogares de mayores niveles de ingresos se niegan a participar en la misma. Investigadores como Enrique Hernández Laos, entre otros, han estudiado bien este fenómeno. En la medida en que esta problemática era común en todas las encuestas, todas tenían el mismo sesgo y por ende eran comparables. Sin embargo, si la proporción de no respuestas se acentúa en los deciles más altos y quienes responden el cuestionario subestiman deliberadamente sus ingresos, ya no solo por el temor a la fiscalización de Hacienda, sino especialmente por el que genera la delincuencia, por más que el entrevistador le haya jurado y perjurado que la información se utilizaría confidencialmente al entrevistado, sí implica un problema importante. Tampoco es desdeñable el caso de familias del norte del país de niveles de ingreso altos que han cambiado su lugar de residencia a Estados Unidos.

A pesar de la consideración anterior, el decil X concentra el 33.9% del ingreso total del los hogares y el IX el 16.3%, es decir, 20% de los hogares concentran 50.2% del ingreso; mientras que el 80% restante obtuvieron el 49.8%.

INEGI llama la atención respecto a las condiciones de vulnerabilidad del primer decil, porque el 40.3% de sus ingresos provinieron de las transferencias principalmente de programas gubernamentales; el 35.7% de remuneraciones por trabajo subordinado, 16.5%por trabajo independiente, 6.0% de ingresos por otros trabajos y el 1.2% de renta de la propiedad. Es decir, sin los subsidios gubernamentales estarían mucho peor, pero la dependencia de estos se ha vuelto crónica.

En contraste, se destaca que en el decil X, las transferencias representaron sólo el 12.6% de su ingreso, mientras que las remuneraciones por trabajo subordinado el 67.2%, el 8.4% como renta de la propiedad, 9.0% de trabajo independiente y 2.7% como ingreso de otros trabajos. En este estrato están los ejecutivos, funcionarios de niveles medio y alto, empresarios y profesionistas con elevados ingresos, entre otros. Las trasferencias en este caso, son más bien de ayudas familiares a los padres y a los hijos.

Las transferencias tienen un peso relativo más importante en localidades rurales que en las urbanas. En las localidades de menos de 2,500 habitantes representan el 21.7% de los ingresos; mientras que las que tiene más de 2,499, la proporción baja a 13.4%, lo que se refleja en el apoyo gubernamental preferente a las zonas más pobres del país.

El gasto corriente total promedio trimestral por hogar decreció en 3.8% de 2008 a 2010 situándose en $30,596 pesos de 2010. INEGI no menciona en el comunicado, como disminuyeron por deciles; sin embargo, presenta la estructura porcentual del gasto de los deciles I, V y X en 2010 que resulta bastante ilustrativa de cómo las posibilidades y prioridades son diferentes dentro de los estratos sociales.

Los hogares del decil I destinan 49.9% de su gasto a alimentos, bebidas y tabaco; los del V, 39.6% y los del X 22.9%. En contra partida, en educación y esparcimiento los hogares del decil I asignaron el 5.4% de su gasto, 10.1% en el V y 19.5% en el X. Si consideramos el rubro de transporte y comunicaciones, los porcentajes para los deciles I, V y X son 11.5, 16.5 y 18.9 por ciento respectivamente.

Sin embargo, las características son completamente diferentes en lo que se respecta a los aspectos específicos. Por ejemplo, considerando el gasto monetario el decil X dedica 4.4% del gasto trimestral a adquisición de vehículos de uso y 7.7 % a refacciones, partes, accesorios, mantenimiento, combustibles y servicio para vehículos; en el decil I los mismos porcentajes son 0.5 y 2.8 por ciento.

Cuando se difundieron los resultados definitivos del Censo de Población 2010, una corriente de opinión que defiende la tesis de que en México las cosas están mejor tomó fuerza. Como prueba de ello señalaban que una mayor proporción de los hogares cuenta con automóvil propio, usan teléfono celular, por mencionar algunos indicadores con los que había en el 2000, por lo que ya somos un país de clase media. Es cierto, la clase media ha crecido; sin embargo, se omite reconocer la otra parte, la de los mexicanos que siguen sumidos en la pobreza.

La ENIGH 2010 viene a recordarnos que más de 50 millones de mexicanos son pobres, que no tienen un trabajo que les permitan vivir dignamente y que dependen de subsidios gubernamentales que les otorga el gobierno para sobrevivir. INEGI señala que en 2008 y 2010 ha habido un efecto positivo de las transferencias en la distribución del ingreso, ya que el coeficiente de Gini sin transferencias en 2008 y 2010 fue de 0.505 y 0.488 y con transferencias de 0.456 y 0.435 respectivamente.

Análogamente, el diario New York Times dio a conocer un reportaje el pasado 6 de julio, que señala que el mejor nivel de vida de los mexicanos ha reducido su deseo de viajar al Norte. Los datos de la ENIGH no apoyan esta hipótesis, como tampoco se rechaza la tesis de que el desarrollo económico de México ha beneficiado a sectores de ingresos medios y altos (decil VIII al X).

domingo, 10 de julio de 2011

Jul 11, 2011. Alza de la gasolina: disyuntiva entre inflación y déficit público

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El sábado 9 de julio, la gasolina registró el séptimo incremento del año de 8 centavos, por lo que la tipo Magna costará 9.32 pesos por litro. De esta forma, ha subido 5.2% en lo que va del año, mientras que la inflación general acumulada en los primeros seis meses fue de 0.30%, generando molestia entre los automovilistas, quienes han asimilado resignadamente, estos incrementos paulatinos que continuaran a lo largo del año.

El aumento de la gasolina se debe a que más del 40% de la gasolina se importa y como el precio internacional ha ido a la alza, el gobierno ha tenido que ajustar más frecuentemente el precio, a pesar de la apreciación del peso frente al dólar, porque el subsidio que pretendía otorgar, que cubre parte de la diferencia entre el precio oficial y el internacional, se ha incrementado más de lo programado. Según declaraciones de Ernesto Cordero, titular de Hacienda, el monto de los subsidios sería de 170 mil millones de pesos en 2011.

Es evidente que el gobierno mexicano no quisiera que el precio de la gasolina subiese demasiado rápido, porque ello además de que le restaría popularidad entre sectores de clase media, que son su base de apoyo, podría tener un impacto inflacionario por el efecto indirecto por mayores costos de trasporte. Por ello, es que se ha optado por los deslizamientos mensuales, para que no se resienta tan de golpe el alza.

Sin embargo, los elevados subsidios a la gasolina ha sido cuestionados por diversos organismos (OCDE, PNUD, etc.) y especialistas, porque son muy regresivos, ya que benefician preferentemente a la población de mayores ingresos. Adicionalmente, el mayor incremento de los subsidios, además de seguir emporando el déficit público, sigue alentando el uso del trasporte privado en lugar del público.

En un reporte reciente, el PNUD destaca que en 2008 se gastaron casi cuatro veces más recursos gubernamentales en subsidiar la gasolina que en todos los programas para combatir la pobreza.

La discusión del creciente subsidio a la gasolina plantea dos temas: 1) la política de precios controlados y administrados del Gobierno Federal más orientada a evitar incrementos elevados de precios (inflación reprimida), se contrapone al objetivo de equilibrar las finanzas públicas, sobre todo de cara al proceso electoral de 2012, es decir, hay una decisión en disyuntiva (trade off) entre la inflación y el menor déficit público que implica reducir el subsidio a la gasolina; y 2) ¿cuál debe ser la política para producir refinados en México?

Por una parte están quienes señalan que el país debe explotar sus ventajas comparativas e invertir más en exploración y menos en refinación, es decir, seguir como estamos e intercambiar materias primas por productos con mayor valor agregado, pero eliminando los elevados subsidios a la gasolina, que además de regresivos, empeoran sensiblemente las finanzas públicas, recortando recursos para necesidades más prioritarias de la población.

En una posición con más matices, están los que son más partidarios de que Pemex compre refinerías en Texas y desde el extranjero surta el combustible, lo que tiene la ventaja de que en el corto plazo resuelves una carencia y no se tienen que iniciar largos y costosos proyectos de inversión en México. Las desventajas de esta alternativa son que no contempla los costos de transporte, supone erróneamente que hay excedentes de refinerías en el resto del mundo y omite la circunstancia de que algunas de esas instalaciones ya son obsoletas y experimentan una elevada depreciación, además de que algunas de estas “gangas” enfrentan severas restricciones ambientales, por lo que los costos de producción tenderían a ser más elevados, en países donde los reguladores son más estrictos.

Otra alternativa es que el gobierno mexicano decida resolver el problema en el mediano y largo plazo construyendo más refinerías en México. Sin embargo, está claro que no quiere impulsar esta opción con el actual marco jurídico. En una gira reciente por Europa, el presidente Calderón declaró que estaba insatisfecho con la anterior reforma petrolera, que no permitía inversión privada en la industria petroquímica primaria. Adicionalmente, es evidente la táctica dilatoria para la construcción de una planta de refinación en Tula. Primero, se decidió someter a concurso el lugar de instalación politizando y confrontando a los gobiernos estatales, cuando la decisión pudo haberse tomado desde un principio, por consideraciones técnico-económicas.

Posteriormente, una vez ya tomada la decisión, el proyecto se ha ido postergando por diversas consideraciones, que van desde un proceso burocrático en la toma de decisiones, hasta los elevados costos de subcontratación, puesto que Pemex-Refinación ha sido el área más descuidada de la paraestatal y se ve obligada a contratar proceso productivos con empresas privadas nacionales y extranjeras, que vuelve muy complejo cualquier avance.

Algunos expertos en la industria petrolera creen que el actual gobierno no tiene la voluntad política para aplicar la reciente reforma petrolera, por lo que PEMEX sigue funcionando inercialmente, con deficiencias crónicas de funcionamiento corporativo, mala administración, corrupción y paralizada por la imposibilidad de tomar decisiones asertivas, atrapada por una maraña burocrática impresionante donde prevalecen los intereses creados de los proveedores de la paraestatal y ahorcada fiscalmente por la necesidad de recursos para las finanzas públicas.

Lo más paradójico de esta historia de displicencia para implementar la reforma energética aprobada en 2008, es que, cuando el próximo gobierno tenga voluntad para hacerlo, tal vez México ya no tenga el nivel de reservas petrolera necesaria para aprovechar esa ventaja comparativa que tuvimos en el pasado, gracias al agotamiento prematuro de los yacimientos petroleros provocado por la sobreexplotación de los mismos y especialmente en los últimos diez años.

Los automovilistas mexicanos podrán seguir gozando de un precio más bajo de la gasolina que en el extranjero en el corto plazo, lo que ayudará sin duda a que la inflación sea baja y a que la popularidad de nuestros gobernantes no se vea afectada. Sin embargo, a medida que los subsidios a la gasolina sigan creciendo, el deslizamiento del precio tendrá que ampliarse, aunque ello tal vez sucederá hasta julio de 2012, pasadas las elecciones. Sin embargo, “no se podrá seguir nadando de muertito” por mucho tiempo y una reforma fiscal tendrá que llegar más pronto que tarde, porque el “colchón” de los recursos petroleros se agotará en algún momento.

lunes, 4 de julio de 2011

Julio 4, 2011: Primer semestre complicado; segundo un poco mejor

mail: pabloail@yahoo.com

El año 2010 finalizó con buenas expectativas para el 2011. Las proyecciones de crecimiento de la economía mundial y de México fueron revisadas a la alza y los buenos augurios señalaban que la recuperación económica podría irse consolidando. Adicionalmente, los sectores rezagados en la recuperación como la construcción y el turismo podrían reactivarse en el año que comenzaba.

Sin embargo, el panorama social y político en el Norte de África y Medio Oriente cambio el escenario. Las protestas sociales iniciadas en Tunes por el desempleo y las restricciones políticas se fueron propagando a los países vecinos, lo que ocasionó el disparo del precio del petróleo y sus derivados. El impacto inflacionario y en el costo de las empresas, podría ser temporal el tanto las crisis sociales se fueron resolviendo.

Posteriormente, el 11 de marzo un terremoto de 8.9 grados en la escala de Richter afectaba el norte de Japón, provocando un fuerte tsunami y un accidente nuclear en Fukushima, que afectó la producción industrial del mundo, no sólo porque se interrumpió la cadena internacional de suministros, sino también la demanda de insumos. La desaceleración de la economía norteamericana en parte sería una de sus repercusiones.

Por el lado financiero, la amenaza de una suspensión de pagos de deuda en Grecia y el posible contagio a otros países de la zona Euro con problemas de endeudamiento provocaba un fuerte nerviosismo, porque las protestas sociales comenzaban a generalizarse y algunos gobiernos experimentaban el voto de castigo por la crisis económica. El movimiento de los “indignados” españoles, llamaba a seguir el ejemplo de los países árabes.

En mayo, la calificadora Standard & Poor’s ponía en perspectiva negativa la calificación de deuda de Estados Unidos y el gobierno de Barack Obama hacía una llamado a que el Congreso aprobara elevar el techo del endeudamiento, cuyo plazo límite es el 2 de agosto.

Respecto al punto anterior, Paul Krugman en su prestigiada columna en esta semana alertaba que sería muy grave que el Tesoro no cubriera sus obligaciones y que para evitar un terrible daño, seguramente Obama, recortaría los gastos sociales cediendo al chantaje de los Republicanos, quienes lograrían imponer su agenda. El nobel de economía ha advertido que un recorte drástico del gasto público para reducir el déficit público podría meter a la economía norteamericana en una recesión el próximo año, justo antes del proceso electoral, lo que seguramente arruinaría las posibilidades de reelección de Obama.

A pesar de estas preocupaciones, la apuesta sigue siendo positiva para el resto del año. La desaceleración experimentada en el primer semestre podría ser temporal en la medida en que Japón se vaya recuperando y que los países emergentes como China e India siguen jalando a la economía del resto del mundo.

Los países consumidores de petróleo decidieron liberar parte de su reserva estratégica para empujar los precios del petróleo a la baja evitando que la escalada especulativa que se registró en la primera mitad de 2008 se repita. Una vez, que se recupere la estabilidad política, el suministro de petróleo podría normalizarse y los precios de nueva cuenta retroceder a los niveles previos.

En lo que respecta la crisis de deuda europea, los bancos, especialmente los de la región, tendrán que reconocer parte de las pérdidas en una compleja renegociación, Alemania seguirá aportando recursos para evitar un riesgo sistémico y los países envueltos en una grave crisis fiscal, se verán obligados a aplicar programas de ajuste para poder recibir los recursos de los organismos financieros internacionales y de los países acreedores.

Por su parte, los grupos de poder en Estados Unidos tendrían que presionar a los representantes republicanos de que acepten elevar el techo del endeudamiento apelando al sentido de responsabilidad. El problema con los seguidores del Tea Party, es que no actúan en términos racionales y por ende olvidan o no reconocen que la reducción permanente de impuestos avalada por Obama el año pasado e impulsada por ellos ha agravado el deterioro fiscal. Sin embargo, aunque no son “suicidas”, si podrían condicionar elevar el techo del endeudamiento a cambio de fuertes recortes en el gasto social. Seguramente, Obama terminará cediendo una vez más, aunque esto implique agravar la pobreza y el deterioro social de la población más desprotegida.

No obstante, aunque todos estos riesgos se vayan resolviendo con sobre saltos y sin estar exentos de conflictos; esto no nos debe llevar a “echar las campanas al vuelo” por una recuperación moderada. La reactivación será lenta y el crecimiento bajo. La crisis hipotecaría del 2008-2009 dejo a las familias sobreendeudadas y descapitalizadas. El retiro de los estímulos y los subsidios, para ir reduciendo el creciente déficit público ira afectando la capacidad de consumo. El menor apoyo a los gobiernos locales, también afectará a las economías regionales.

Por lo que respecta a los indicadores de coyuntura en Estados Unidos, el índice manufacturero del ISM subió 1.8% a 55.3 en junio respecto al mes anterior, lo que fue recibido con optimismo, porque se rompió la tendencia de desaceleración registrada en los m eses anteriores.

En México, el IGAE creció 2.4% en abril (tasa anual), se confirmó la tendencia de desaceleración que ha venido presentando la actividad económica, replicando la tendencia que ha venido experimentando la economía de Estados Unidos. Sin embargo, sectores como el turismo y la construcción que se esperaba una mayor reacción, muestran un crecimiento muy bajo reflejando que la inseguridad y la austeridad en el gasto público los han afectado respectivamente.

El tipo de cambio fix cerró el 1º de julio en 11.6368, 24.5 centavos menos que una semana antes reflejando una menor incertidumbre global y una favorable entrada de capitales, especialmente inversión de cartera, cuyos flujos son muy volátiles.

En un breve comunicado “el Gobierno de México felicita a la señora Christine Lagarde por su designación como nueva Directora Gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), y le desea el mayor éxito en el desempeño de sus funciones al frente de dicho organismo”. Por su parte, Agustín Carstens explicaba en un artículo en Reforma por qué buscaba el cargo. Hay dos aspectos que no son explicados: 1) ¿por qué los países emergentes estratégicos no se sentían representados por él? y 2) ¿si sabía que sus posibilidades de ser electo eran muy bajas, por qué se postuló?