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sábado, 25 de junio de 2011

Jun 25, 2011; Oferta y Demanda Global del primer trimestre de 2011 e indicadores de mayo

mail: pabloail@yahoo.com.mx

“No somos malos mexicanos los que decimos que la inseguridad nos está afectando; ni tampoco son buenos quienes dicen que no ha perjudicado”

El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) informó el 21 de junio la Oferta y Demanda Global de bienes y servicios del primer trimestre de 2011 con lo que da cierre el reporte de las cifras macroeconómicas del periodo de México. Respecto la oferta, nos centraremos en las importaciones, porque sobre el PIB ya comentamos el punto en una Nota Económica previa. Por el lado de la demanda hay mucha tela de donde cortar.



Las importaciones crecieron 10.9% durante el primer trimestre (en tasa anual como el resto de las variaciones) marcando una importante desaceleración respecto a los trimestres previos. En términos de balanza de pagos, las compras al exterior habían crecido 20.4%. El menor crecimiento en las Cuentas Nacionales se debe que estas cifras se expresan en términos reales (deflactando el efecto de los precios) y por la apreciación del peso frente al dólar, que hace que el efecto de menor crecimiento se amplifique. Sin embargo, más allá de los efectos monetarios y cambiarios la percepción es que la economía mexicana comienza a desacelerarse.

Los gastos de consumo privado crecieron 4.9%, pero alentados por las compras de bienes importados (14.8%) porque las nacionales solo subieron un 3.1%, lo cual refleja claramente la apreciación del tipo de cambio y el lento crecimiento del mercado interno.

El consumo de gobierno subió un 1.3% que refleja la política económica de reducir el déficit, luego de la emergencia económica registrada en 2009 y que también se muestra en una caída de la formación bruta de capital fijo pública de 22.1%, que indica una señal preocupante de abandono del gasto productivo del gobierno y que se concentra en una caída de 26.4% en la construcción, lo que contradice el discurso oficial de darle relevancia al gasto en infraestructura y obra pública, y muestra más la prioridad de equilibrar las finanzas públicas.

La formación bruta de capital fijo creció 7.7% debido a que la privada subió 15.7% compensando la disminución de 22.1% de la pública. Queda claro que la inversión de los privados va en franca aceleración, pero que podría verse frenada por el menor dinamismo del mercado interno y por la incertidumbre sobre el desempeño de la economía mundial de la cambio sexenal del 2012.

Las exportaciones crecieron 14.1% en tasa anual en el primer trimestre, significativamente menos que el 22.9% de la balanza de pagos. Análogamente, al caso de las importaciones el dinamismo en pesos constantes es menor y refleja la desaceleración registrada en la economía mundial, y particularmente en la de Estados Unidos con su significativo efecto indirecto en la economía mexicana.

Por lo que respecta a las cifras de la balanza comercial de mayo, las exportaciones y las importaciones se reactivaron y justo es decirlo, modificaron la tendencia a la baja que se había presentado en los meses previos. Se reporta un superávit de 555 millones de dólares (mdd) en mayo acumulando un saldo favorable hasta ese mes de 3 mil 233 mdd.

Las ventas al exterior crecieron 25.4% en variación anual destacando el alza de las extractivas (72.5%) y de las petroleras (32.2%).Sin embargo, el desempeño en general fue bastante bueno si consideramos que las que tuvieron el menor aumento fueron las manufactureras no automotrices con un 22.7% de aumento.

Las exportaciones petroleras subieron gracias a que el efecto del alza del precio del petróleo crudo en 36.52 dólares a 104.33 dólares respecto al precio de mayo de 2010, el descenso del volumen registrado en mayo de 2010 (1.368 millones de barriles diarios vs. 1.591 un año antes). En ese sentido, la factura petrolera podría reducirse significativamente cuando el precio comenzara a reducirse a consecuencia de la desaceleración de la economía mundial.


Las exportaciones no petroleras registraron un gran repunte en mayo al crecer 24.2% en tasa anual, luego de que en abril subieron sólo 9.0% disipando la impresión de una fuerte desaceleración que enviaban las menores tasas de los meses previos. Las exportaciones a la industria automotriz subieron de 26.2% en mayo. Si bien el crecimiento fue más bajo que el de otros sectores como la minerometalurgia (58.3%); alimentes bebidas y tabaco (44.9%) y maquinaria equipo para la industria (41.6%), no deja de ser relevante considerando que los 6 mil 593 mdd registrados en 2011, representan el 21.2% de las ventas externas de mayo.

Por lo que respecta a las importaciones más relacionadas con el desempeño de la economía interna, crecieron 24.0% en mayo. El aspecto preocupante es que las petroleras crecieron 40.0%, que muestra claramente el fracaso de la política petroquímica del país, avalada por los analistas que pregonan que es un pésimo negocio para México producir gasolina y derivados del petróleo.

El fracaso de la industria petrolera mexicana se muestra claramente en que importamos mercancías con bajo valor agregados y exportamos principalmente petróleo crudo, el cual está dando señales claras de agotamiento por la explotación irracional de los yacimientos petroleros realizada en los últimos treinta y cinco años y acentuada desde el sexenio de Vicente Fox, alentada por los intelectuales orgánicos que decían que había que acelerar la extracción antes de que el precio se cayera por el cambio de paradigma energético a futuro.

Detrás del argumento a favor de la explotación acelerada de los yacimientos hay dos graves errores de diagnóstico que también se podrían considerar como falacias: que la energía nuclear iba a desplazar rápidamente a la generada por los hidrocarburos (los accidentes nucleares nos muestran que ello no es tan inmediato), y; olvidar que el petróleo crudo no sólo es insumo para los energéticos (gasolina, diesel, turbosina, etc.), sino que es una materia básica de la petroquímica secundaria.

El problema en realidad es más grave: México no cuenta con una política industrial, porque por la vía de los hechos sigue prevaleciendo la máxima de que “la mejor política industrial es la que no existe”. Por eso es que cada vez quedamos más rezagados respecto a los países emergentes (BRIC’s) y a los NIC’s.

Finalmente, cabe comentar que la tasa de desocupación de mayo fue de 5.20% mayor a la de un año antes (5.13%). Ajustada estacionalmente, INEGI la calcula en 5.54% superior al 5.22% de abril. Aunque algunos medios consideran estas cifras como una señal de desaceleración, no son concluyentes en ese sentido porque la tasa pudo haberse elevado no sólo por la llegada al mercado de trabajo de mucha gente joven, sino también por la incorporación a la PEA de trabajadores desalentados, que consideran que actualmente las condiciones económicas están mejor, como se pudiera pensar si consideramos la confianza en la situación económica presente.

viernes, 24 de diciembre de 2010

Diciembre 24, 2010: Oferta y Demanda Global con claro oscuros

Correo: pabloail@yahoo.com.mx

Con la divulgación de la Oferta y Demanda Global del tercer trimestre de 2010 (III-10) por parte del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) cierra la información relevante macroeconómica de México de ese periodo. Respecto a la Oferta (PIB e importaciones) ya no había muchas novedades, ya sea porque las cifras del PIB fueron reportadas anteriormente o debido a que los reportes de balanza comercial y de pagos previos ya habían reflejado un panorama respecto a las variables del sector externo y sólo faltaba conocer la precisión de la variación porcentual real en términos de las Cuentas Nacionales.


Por el lado de la Demanda Global, salvo a las exportaciones por el mismo motivo que las compras al exterior, si hay algunos aspectos que vale la pena puntualizar, no sin antes destacar que las ventas al exterior crecieron 18.8% en III-10 respecto al mismo periodo y que a pesar de la desaceleración que han experimentado, el motor externo sigue siendo el más dinámico de la economía nacional. El consumo privado creció 5.0% en tasa anual en III-10 como resultado de que las compras de bienes importados crecieron 21.5% mientras que la de los nacionales sólo subieron 3.0%. Esta dicotomía muestra porque el mercado interno y la producción nacional no terminan por dinamizarse y como la apreciación del tipo de cambio está alentando las compras externas.

De acuerdo a las cifras desestacionalizadas, el consumo privado creció 1.87% en III-10 respecto al trimestre previo observándose una tendencia creciente desde el tercer trimestre de 2009.

El consumo de gobierno creció 2.5% en III-10 en tasa anual retrocediendo 0.59% respecto al trimestre previo con cifras ajustadas estacionalmente. Al contrario del consumo privado se observa una tendencia decreciente asociado a las políticas de ajuste del gasto público muy comunes luego de que concluye un proceso electoral.

La inversión fija bruta subió 3.8% en III-10 respecto al mismo trimestre de 2009. Sin embargo, mientras que la inversión pública creció 9%, la privada sólo lo hizo 1.8%. Más específicamente, INEGI precisa que el gasto público en maquinaria y equipo aumentó 10.9% y el gasto privado en estos bienes creció 6.1 por ciento. Por lo que se refiere a la construcción realizada por el sector público, ésta fue mayor en 8.9%, mientras que la privada registró una disminución de 2.1 por ciento.

Cabe destacar que la inversión fija privada registró una variación positiva en tasa anual en III-10 luego de siete trimestres consecutivos de haber experimentado una contracción, y de que en 2009 cayera 16.8% por lo que era esperable un mejor crecimiento considerando que la base de comparación luego de la crisis era favorable.

Aunque la inversión pública está tratando de reactivar a la economía, la privada no ha reaccionado como se esperaría por la débil recuperación del mercado interno y por la incertidumbre que predomina en el ambiente de los negocios, donde el clima de inseguridad y de violencia está afectando los proyectos productivos; aunque Agustín Carstens (Banco de México) haya dicho que la inseguridad no ha influido negativamente en el desempeño económico.

La balanza comercial de noviembre de México registró un saldo negativo muy bajo, de -103 millones de dólar influido por un fuerte crecimiento en variación porcentual anual de las exportaciones manufacturas (25.1%) -especialmente de las automotrices (30.1%)- y de las petroleras. La reactivación de la economía mundial en general y en particular de Estados Unidos influyó en este comportamiento mejor a lo esperado por los especialistas.

El crecimiento de sólo 5.7% de la importación de los bienes de capital contrasta con el desempeño de los demás rubros, lo que es se explica porque la crisis económica también dejo la capacidad instalada de las empresas en niveles bajos, además de la desconfianza para invertir por parte de las empresas. En el periodo enero-noviembre este tipo de importaciones presenta una caída de 1.2%.

Las cifras de oferta y demanda global y las la importaciones de bienes de capital de noviembre reflejan que la inversión va rezagada respecto al ciclo económico y que si éstas llegaran a reactivarse, podrían contribuir a consolidad la expansión de la economía mexicana por su efecto multiplicar. Por el contrario, si la inversión no logra reaccionar y se mantiene en tasas de crecimiento bajas, propiciará a que la expansión sea de corto duración y provoque un proceso de desaceleración que pudiese llevar a un estancamiento económico después del 2011.