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domingo, 29 de mayo de 2011

Mayo 29, 2011: Proyecciones de crecimiento a la alza en México vs. indicadores de desaceleración de coyuntura en México

pabloail@yahoo.com.mx

Recientemente, la Organización para la Cooperación del Desarrollo Económico (OCDE) revisó los pronósticos para México de 2011, señalando que su PIB crecería 4.4% en lugar de un 3.8% previsto en noviembre pasado. También, el Banco de México (Banxico) ajustó su intervalo de pronóstico de 3.8-4.8% a 4.0-5.0%, sumándose a la ola de revisión de expectativas. Sin embargo, los datos recientes no apoyan esta tendencia.

El pasado 19, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) informó que el PIB creció 4.6% en el primer trimestre de 2011(I-11) en tasa anual, cuando los especialistas estimaban 5.0%, aunque algunos expertos incluso estimaban cifras cercanas al 6% apoyados en los buenos resultados de la balanza comercial enero-marzo, que crecieron 20.7% (tasa anual), aunque las de marzo ya marcaban una ligera tendencia de desaceleración, registrando un aumento de 16.3%.

Las cifras del PIB I-11 resultaron mixtas. Por un lado, había aspectos alentadores como el crecimiento de actividades económicas ligadas al mercado interno, que se mostraban rezagadas frente a actividades más ligadas al sector exportador (manufacturas), como es el caso de la Construcción (4.9%), Electricidad, gas y agua (8.6%) y Servicios Profesionales y Técnicos (6.9%) que por fin rompía una racha negativa de ocho trimestres; aunque seguían reflejándose desempeños desalentadores como el 0.8% de los Servicios de alojamiento y preparación de alimentos (ligados al turismo), 0.2% de los servicios de salud, 1.6% de servicios educativos y 2.9% de Otros servicios (excepto Gobierno, las cuales crecieron un 0.7%).

Implícitamente, lo que nos están planteando las previsiones al alza es que la desaceleración esperada en el sector externo va a ser compensada por la reactivación del mercado interno. Esto nos llevaría a: 1) revisar que se esperaría en el mercado externo (principalmente Estados Unidos (EUA), 2) que se prospecta en el interno.

En Estados Unidos, se ratificó el crecimiento de 1.8% por ciento en I-11 respecto al cuarto trimestre en variación anual ajustada estacionalmente, por abajo del 2.1% esperado. Desde el anuncio preliminar hace un mes, los pronosticadores han revisado a la baja sus proyecciones para 2011 de 3.1 a 2.5% y para 2012 de 2.8% a 2.0%, lo cual afectara el gran dinamismo de las exportaciones mexicanas registrado desde principios de 2010.

Las exportaciones totales de México crecieron 12.6% en abril, subiendo 9.0% las no petroleras y 35.1% las petroleras. En las no petroleras, hubo un aumento de 6.2% en las dirigidas al mercado de EUA y de 20.2% en las canalizadas al resto del mundo. Cabe destacar, que al comparar las gráficas de las series desestacionalizadas con las de tendencia ciclo la primera cruza a la segunda de arriba hacia abajo, lo que generalmente marca una tendencia a la baja.


Dentro de las exportaciones no petroleras destinadas a EUA, las de la industria automotriz crecieron 10.6% en abril y el resto 4.7%, lo cual refleja que no sólo la desaceleración norteamericana las afecta, sino también la apreciación del peso frente al dólar.

En la estructura de las exportaciones no petroleras de enero-abril 2011, las dirigidas a EUA representaron el 78.83% (20.92% Automotriz y 57.91% Otras); las destinadas al Resto del Mundo, el 21.17% (5.49% Automotriz y 15.68% Otras). Es decir, el peso de la Industria Automotriz en este tipo ya era del 26.41%.

Por lo que respecta a las importaciones, vinculadas al mercado interno y externo, porque muchas de las compras externas son insumos utilizados para exportar; crecieron 9.8% en abril derivado de un alza de 7.4% de las no petroleras y de 30.2% de las petroleras, que dicho de paso se concentra en gasolina y otros derivados del petróleo con mayor valor agregado.

Se hubiese esperado un mayor crecimiento de las compras externas dada la fortaleza del tipo de cambio. Las importaciones de bienes de consumo crecieron 12.7% marcando una desaceleración respecto al aumento de 23.2% enero-abril, se observa el mismo patrón en las de bienes intermedios no petroleras observándose tasas respectivamente de 5.3 y 15.5%. Sin embargo, las de bienes de capital crecen 19.0% en abril superando el 14.7% de enero-abril, esto es, siguiendo una tendencia de mayor alza contraria al resto de los demás rubros.

INEGI difundió los indicadores oportunos de ocupación y empleo de abril. La tasa de desempleo (TD) fue de 5.10% en abril, que si bien es más baja que la de abril de 2010 (5.42%), se esperaría que al irse consolidando la recuperación de la economía mexicana, ya se ubicara por debajo del 5.0%. La TD no siempre resulta un buen indicador del ciclo de la economía mexicana por varios motivos, entre ellos, porque debido a la creciente presión demográfica, la fuerza laboral tiende a crecer con el tiempo y el mercado laboral es muy dinámico, en ocasiones la TD puede crecer a pesar de que se esté presentando una recuperación económica, debido a que algunos trabajadores desalentados que estaban fuera de la población económicamente activa (PEA), vuelvan a sentirse motivados a regresar el mercado laboral, empujando la TD a la alza.

Hay algunos indicios de desaceleración de la TD, pero sin que sean muy definidos. La TD de marzo desestacionalizada fue de 4.91% vs. 5.11% de la tendencia ciclo; pero, en abril la ajustada vuelve a ser mayor a la de tendencia ciclo (5.17 vs. 5.09%).

Sin embargo, en algunos estados si se ven efectos negativos del menor dinamismo exportador, como de la violencia, al ser la TD (en promedios móviles) de abril de 2011 mayor a la del mismo mes del año pasado como lo muestra este cuadro:
En conclusión, a pesar de que hubo algunos indicadores favorables como las importaciones de bienes de capital de abril y de la TD ajustada estacionalmente vs. la tendencia-ciclo; hubo otras con señales de desaceleración, incluidas las de ventas al mayoreo y al menudeo de marzo. Por otra parte, la creciente violencia sí está afectando la inversión en el norte del país y el turismo internacional y nacional, como era de esperarse.

Ir en contra de la corriente, a veces resulta arriesgado. Sin embargo, sigo creyendo que en este 2011, la economía mexicana se desacelerará respecto a 2010, por lo que mantengo que este año el PIB crecerá 3.9% respecto a un 5.4% revisado del año pasado.

miércoles, 24 de noviembre de 2010

Noviembre 24, 2010: Desaceleración de la economía mexicana


A pesar de que el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) comenzó su comunicado señalando que el Producto Interno Bruto (PIB) con cifras desestacionalizadas, creció 0.73% durante el periodo julio septiembre de 2010 respecto al trimestre inmediato anterior, muchos medios de comunicación no le hicieron caso y destacaron que la economía mexicana se desaceleró en el tercer trimestre al ser el crecimiento respecto al mismo trimestre del año anterior, menor que la variación anual registrada durante el segundo trimestre (5.3 vs. 7.6%).

Al respecto cabe hacer una reflexión en dos sentidos: 1) los medios están más acostumbrados a recibir la información en variación porcentual anual y por ende los usos y costumbres son muy difíciles de modificar a pesar de que INEGI ya lleva varios años presentando las cifras ajustadas estacionalmente, 2) se percibe cierta desconfianza en el manejo de la desestacionalización y máxime que la percepción de desaceleración es la que prevalece entre los analistas.

De nueva cuenta las comparaciones con Estados Unidos (EU) son desventajosas para México en el aspecto metodológico. Allá no solo existe una cultura para entender las cifras ajustadas estacionalmente, sino que es común comprenderlas en tasas porcentuales anualizadas, la variación respecto al trimestre anterior multiplicada por cuatro cuando se trata de cifras trimestrales y por doce con las mensuales.

En México, INEGI es el que determina como ajustar las cifras mientras que en EU participan un grupo de expertos para que los factores de ajuste (ponderadores) sean aceptados por todos. Adicionalmente, mientras que acá el nuevo dato de una variable modifica toda la serie al hacerse el ajuste estacional; en EU no, esto es, la nueva cifra no modifica la historia pasada por lo que no sólo se vuelven más confiable las estadísticas, sino que conceptualmente no tiene sentido modificar lo que ya estaba dado.

Lo que termina sucediendo es que el público comience a creer que INEGI maquille las cifras aunque no sea así. Para evitar esta percepción el organismo autónomo debería de fijar las cifras estacionales y sólo cambiar las más recientes en caso de que la información revisada amerite modificar los datos preliminares, como sucede en cualquier país serio, e involucrar a actuarios, economistas y especialistas del sector privado y de la academia en la definición de los factores de ajuste, que dicho de paso son distintos de acuerdo para el sector de actividad: por ejemplo los días de asueto y las temporadas de vacaciones como Semana Santa son perjudiciales para la industria manufacturera, pero son muy favorables para el turismo.

Luego de este paréntesis metodológico pasemos a analizar los datos. La economía creció por debajo de las expectativas de algunos especialistas porque el PIB del sector terciario sólo aumentó 4.2%, mientras que las actividades secundarias subieron 6.2% y las primarias sorprendieron con un incremento del 8.9% a pesar de las inundaciones que azotaron al país durante el tercer trimestre del año.

Se entiende que las actividades terciarias hayan crecido menos, debido a que los servicios dependen más del mercado interno, que ha mostrado menor dinamismo que el sector externo y también se considera que van rezagadas con el ciclo económico, esto es, solo hasta que la recuperación económica se consolida comienzan a crecer con más dinamismo. Recordemos que las actividades terciarias que incluyen al Comercio y a los Servicios participaron con 64.64 del PIB de 2009 a precios constantes; la Industria con 31.49% y el sector Primario con 3.87% de allí su importancia en desempeño global.



Al interior de las Actividades Terciarias hubo una gran diversidad de comportamientos. Por ejemplo, el PIB del comercio con un avance anual de 11.9%; el de transportes, correos y almacenamiento 5.1%; información en medios masivos 6.3%; el de servicios inmobiliarios y de alquiler de bienes muebles e intangibles 0.8%, y el de alojamiento temporal y de preparación de alimentos y bebidas con 2.8 por ciento. Incluso hubo dos que registraron tasas negativas: Servicios profesionales, científicos y técnicos (-1.8%) y Servicios Educativos (-0.7%). En estos dos últimos casos es claro que los recortes de gastos de las empresas han afectado mucho a las empresas de consultoría y que los menores ingresos de las familias también afectaron la matrícula de los colegios privados ante la imposibilidad de seguir pagando las colegiaturas por el mayor desempleo y menores ingresos de los hogares.

Cabe comentar que con la revisión de las cifras el PIB, ya no cayó 6.5% en 2009 sino 6.1%, eso es, la disminución fue menor a la de la crisis de 1995 (-6.2%) con lo que podría decirse que la recesión del año pasado ya no fue la peor de la Postguerra. Esto seguramente provocara muchas suspicacias.

Con las cifras anunciadas el lunes, ratificamos nuestras pronósticos de cierre de 2010 y para el 2011, a saber la economía crecería 5.2% lo que implícitamente conlleva a un crecimiento de 3.3% en el cuarto trimestre. Para el próximo año esperaríamos un crecimiento de 3.8%, que implica una desaceleración respecto al actual, pero un poco más moderada que la esperada por el Banco de México (3.2%). Esta proyección dependería en gran media de que el mercado interno compense la desaceleración esperada de la demanda externa que afectara el dinamismo de las manufacturas, es decir, que las actividades terciarias y la construcción se reactiven apostando a la hipótesis de que van rezagadas respecto al ciclo económico.

sábado, 6 de noviembre de 2010

Noviembre 6, 2010: Informe de la inflación de julio-septiembre de 2010

mailto: pabloail@yahoo.com.mx

El pasado 27 de octubre Banco de México (Banxico) dio a conocer su informe trimestral sobre la inflación. Luego de hacer una breve reseña de la situación económica internacional, donde destaca que “la política monetaria instrumentada en las economías avanzadas ha propiciado un entorno de gran liquidez a nivel global, lo que ha incentivado la búsqueda de mayores rendimientos”, generando una importante apreciación de las monedas de países emergentes que podría afectar la competitividad de las exportaciones; pasa a mencionar los resultados recientes de la economía mexicana y sus nuevas previsiones.

Comienza mencionando que la inflación general durante el tercer trimestre promedió 3.67%, significativamente por debajo de lo que habían previsto tres meses atrás (rango de 4.75-5.25%) cuando quiso justificar el mantener la tasa de interés de referencia diciendo que iba a haber un repunte de los precios. En nuestra nota económica habíamos criticado esa paranoia inflacionaria de la autoridad monetaria. Sin embargo, hemos de valorar que en esta ocasión Banxico sí reconoce que la apreciación del tipo de cambio tuvo mucho que ver en este favorable desempeño de la inflación a diferencia de ocasiones anteriores.

Respecto a las estimaciones de crecimiento para 2010 y las proyecciones para el 2011, Banxico calcula que México crecerá 5.0% este año y prevé que una expansión entre 3.2% y 4.2% para el próximo. Respecto a la primera cifra coincide con el pronóstico del FMI (5.0%) y es un poco más baja que la estimación del Gobierno y de los especialistas del sector privado en la última encuesta de Banxico difundida el pasado 1 de noviembre (4.8%). En relación al próximo año, las previsión del FMI es 3.8%, 3.9% de Hacienda y 3.5% de los especialistas.

La revisión a la alza de la estimación de crecimiento era obligada, considerando que la actividad económica global del país había registrado un crecimiento de 6.1% en los primeros ocho meses del año respecto al mismo periodo de 2009 según cifras del Indicador Global de la Actividad Económica (IGAE) difundidas el pasado 27 de octubre. Por nuestra parte, habíamos ofrecido para la revista Mundo Ejecutivo a finales de agosto una estimación de 5.2% para 2010 conociendo los resultados del segundo trimestre y de 3.8% para el próximo año.

Dos temas se desprenden de estas comparaciones: 1) por qué tardan tanto los analistas en corregir las proyecciones a pesar de las evidencias de las cifras, y 2) en términos de bienestar qué representa un aumento del PIB del 5.0% en 2010.

Respecto al primer punto, creemos que muchas veces algunos economistas son esclavos de los modelos econométricos y cuando la realidad los rebasa caen en una especie de disonancia cognoscitiva tratando de defender sus pronósticos previos apostando a una fuerte desaceleración en lo que resta del año para poder justificarlos. Buscan afanosamente cualquier indicio que los ayude a justificar esa posición, minimizando los que apoyan un mayor dinamismo, por lo que van perdiendo objetividad. Incluso, economistas del banco central han dado muestras de lo mismo con sus pronósticos de inflación.

Otro ejemplo similar sería cuando plantean que la brecha del producto podría tornarse positiva en 2011 cuando sus estimaciones del PIB para el próximo año son más bajas que las del 2010 y reconocen que dicha brecha seguiría siendo negativa en lo que resta de este año; aunque tal vez este último caso tenga que ver más con lo que se conoce como los “hechos estilizados” de una teoría que los lleva a incurrir en contradicciones por aferrarme a ella sin que las cifras la respalden.

Respecto al segundo tema, tiene que ver con los políticos y la prensa critica. Las mejores cifras del PIB y trabajadores asegurados del IMSS ha llevado a declarar al gobierno declarando que estamos “mucho mejor de lo que decían esas visiones pesimistas” y los segundos alegando que el gobierno maquilla la realidad (Proceso) y que calla ante las previsiones de mayor desaceleración ofrecidas por Banco de México. En realidad ambos están equivocados porque parten de prejuicios o de posiciones preconcebidas. Que el PIB crezca 5.2%, ni siquiera recuperara lo que cayó en 2009 (6.5%), pero sobre todo no tiene porque reflejarse en mayores ingresos, porque el PIB es el total de bienes y servicios producidos por una economía en un periodo de tiempo en términos del valor agregado generado. Por ende, un país puede producir mucho, pero ese ingreso se puede distribuir muy desigualmente.

Banxico justificó su previsión a la baja de la economía mexicana señalando:

i. Un crecimiento de la economía estadounidense más moderado.
ii. El que diversos países del mundo traten de estimular sus exportaciones por medio de “depreciaciones competitivas”.
iii. La necesidad de diversos países de consolidar sus finanzas públicas.
iv. Una reversión abrupta de los flujos de capital.

Pero lo que más impacto mediático tuvo respecto al informe fue el anuncio de que el próximo año se publicaran las minutas de las reuniones de la Junta de Gobierno en respuesta a los reclamos de falta de transparencia y “para estar en línea con las mejores prácticas en la materia”. Me parece una buena noticia, aunque me preocupa la versión de que la apertura sería a medias, ya que no se divulgarían los detalles de las votaciones ni los argumentos de las posiciones minoritarias. Es decir, sólo se ampliaría un poco más la explicación que ya se dan en los anuncios de las decisiones de política monetaria. Seguimos en el “gatopardimos”, pues. Se busca proteger la opinión de grupo y no evidenciar que los miembros de la Junta piensan muy parecido.

Finalmente, no podemos dejar de mencionar aspectos relevantes de la semana en Estados Unidos: 1) la derrota de Obama en las elecciones intermedias, 2) el anuncio del relajamiento cuantitativo de la Reserva Federal (QE2, por sus siglas en inglés), y 3) los favorables indicadores de octubre, como serían las cifras de empleo, del sector manufacturero y no manufacturero que indican un buen comienzo del cuarto trimestre luego de que el PIB creció 2.0% en T3 respecto a T2 (en variación anualizada).

Sobre el primer punto, Obama y sus asesores no entendieron que en una situación de “trampa de la liquidez” una política fiscal más agresiva y sobre todo de gasto era lo más necesario para reactivar la economía. Lo segundo es bueno, pero con efecto limitado y de corto plazo y con el riesgo de impulsar una burbuja bursátil de nueva cuenta. Lo último, siendo buenas noticias tampoco tenemos que considerarlas como una prueba contundente de que la desaceleración en Estados Unidos ya tocó fondo.