lunes, 16 de agosto de 2010

Agosto 16, 2010: La Reserva Federal reconsidera su decisión sobre deshacerse de hipotecas

Pablo Álvarez Icaza Longoria
mailto: pabloail@yahoo.com.mx

Ben Bernanke, presidente de la Reserva Federal (FED), se encuentra atrapado entre dos fuegos: por un lado los ortodoxos lo acusan de manera indirecta y más bien con alusiones de cometer el mismo error que su predecesor, Alan Greenspan, de mantener demasiado tiempo las tasas de interés muy bajas, incluso algunos de ellos han sido los gobernadores de los distritos de Dallas y Kansas.

En sentido contrario, economistas como Paul Krugman, lo critican por lo contrario, no hacer demasiado e incluso de haberse paralizado ante la precisión de los “halcones” y hacer movimientos contradictorios o incluso tímidos. Por ejemplo, cedió a la presión de ya no seguir comprando más hipotecas de las que estaba generando. En marzo pasado, la Fed dejó de comprar valores garantizados por hipotecas y deuda del Tesoro estadounidense con la intención de mantener bajas las tasas de interés de largo plazo, y comenzó a hablar de “una estrategia de salida” en consonancia con los planteamientos del Fondo Monetario Internacional (FMI), más cercano a la idea de que la emergencia ya había pasado.

Sin embargo, la Fed dio marcha atrás a la “estrategia de salida” porque la recuperación ha sido más modesta de lo anticipado” por lo que mandó el mensaje de que mantendrá más tiempo las tasas de referencia (corto plazo) sin cambio, y sobre todo que tratará de evitar que se reduzca su enorme cartera de valores reinvirtiendo los fondos procedentes de las hipotecas vencidas en bonos del Tesoro de Estados Unidos (EE.UU).

En una situación cercana a la “trampa de la liquidez” la política monetaria es muy poco efectiva, por lo que los esfuerzos de la recuperación dependen de una política fiscal expansiva. El punto es que los Republicanos han presionado con la alarma del déficit público, por lo que han buscado que se revierta más rápido el paquete de apoyo económico aprobado en febrero de 2009.

Así los mercados accionarios que se mueven en función de las expectativas de recuperación se cayeron la semana pasada, porque el cambio de perspectiva económica a la baja de la Fed, tuvo resonancia con las malas cifras económicas de coyuntura de EE.UU. y de China (menor ritmo de crecimiento de sus importaciones). Los republicanos apuestan a que la situación económica desfavorable va a generar un gran voto de castigo en contra de los demócratas en noviembre próximo cuando se realicen las elecciones intermedias.

En este, sentido más bien el que se encuentra paralizado es Barack Obama que no ha denunciado que los republicanos han obstaculizado la recuperación, y más aún ha respaldado sus exhortos de “presupuesto responsable”. Incluso, han vendido la idea que el déficit público se expandirá por la reforma al régimen de seguridad social, por lo que hay que revertir esta victoria política de Obama.

Pareciera que quienes hicieron el guión de la serie norteamericana “24 Horas” de “Jack Bauer” se hubiesen inspirado en la actual administración. Un Presidente que le hace más caso a sus asesores económicos de reducir el déficit público que a quienes advierten que la recuperación no se ha consolidado, que se aleja de los compromisos sociales y políticos, que se encuentra bloqueado por los grupos más conservadores de su partido y que abandona sus promesas de campaña para no ser cuestionado por los grandes intereses.

Por otra parte, algunos expertos ya culpan a Obama de la próxima recesión al acusarlo de no posponer los recortes permanentes de impuestos de su antecesor George Bush que vencen en el 2011. Es preferible el recorte del gasto público que el incremento de impuestos, proclaman, lo cual tiene eco en un imaginario que clama por menos gobierno y más sector privado.

El argumento obviamente es tramposo, porque el alza de impuestos es sólo para el grupo de altos ingresos y el recorte del gasto amenaza con paralizar a los gobiernos estatales y algunos programas urgentes del Gobierno Federal que tendrían un efecto generalizado muy negativo. El problema es que Obama tiene un “spin” tan negativo que no puede hacerle ver a los sectores populares que sus reformas no son regresivas sino progresivas. La paranoia de que Obama nos lleva al “socialismo” ha penetrado tanto en la gente, que ha hecho que el Presidente tome medidas de “centro” para que no lo acusen de ello. Lo paradójico es que esas políticas de centro son tan neutras que no tienen impacto en la reactivación de la economía.

Un Presidente debilitado, con un Congreso controlado por sus opositores y con una opinión pública en contra, lo colocaría al borde de ser una figura decorativa o con la posibilidad de que el Vicepresidente deseé suplantarlo en el poder, como en la segunda temporada de “24 Horas”. Lo más absurdo es que Obama no podrá acusarlos de obstaculizar la recuperación económica, porque ha estado de acuerdo con el argumento de no disparar el déficit para tener un manejo responsable del presupuesto.

Quienes se rasgan las vestiduras criticando a Greenspan por haber mantenido las tasas de interés tan bajas son los mismos que no dijeron nada en su momento y se negaban a reconocer que había una burbuja inmobiliaria, son los mismos que se han resistido a la reforma financiera impulsada por Obama acusando al Gobierno de interferir en el libre juego del mercado, advirtiendo que los inversionistas encontrarán nuevas formas de evadir las regulaciones, son los que han rechazado la reforma de salud, porque va en contra del sistema médico privado, porque todo lo público funciona mal.

Finalmente, no debiera extrañarnos que el mercado accionario y el precio del petróleo tengan una correlación superior al 70% desde la crisis financiera. La bolsa se ha caracterizado por ser un indicador de las perspectivas de la economía por ello el índice S&P 500 es uno de los componentes de los indicadores adelantados de EE.UU. En ese mismo sentido, cuando las perspectivas de la economía decaen el precio del petróleo se reduce ante una señal de una menor demanda de energía.

Antes la lectura era al revés: un elevado precio del petróleo presagiaba una mayor inflación y por ende de mayores tasas de interés, lo que ocasionaría menor consumo e inversión y por ende una menor actividad económica. Esto no quiere decir, que precios del crudo demasiado altos sea favorable para la economía en su conjunto. El problema de muchos economistas que pontifican en los medios en sus columnas es que siguen viendo a la economía con los mismos “lentes” cuando la graduación ya no es la misma.

miércoles, 4 de agosto de 2010

Agosto 4, 2010: Rectificación del IMSS con las pensiones

Pablo Álvarez Icaza Longoria
mailto:pabloail@yahoo.com.mx


El lunes 2 de agosto la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) regresó de vacaciones. Había la esperanza de que el máximo tribunal rectificara la jurisprudencia de la Segunda Sala del 9 de junio pasado; pero lejos de dar marcha atrás en la medida publicó el engrose de la misma ratificando el tope de 10 salarios mínimos en las pensiones para los trabajadores asegurados al Instituto Mexicano al Seguro Social (IMSS) y no de 25 salarios como se venía haciendo hasta hace poco dándole una nueva interpretación a la Ley del Seguro Social (LSS) de 1973.

Las reacciones en avalancha contra de la decisión de la SCJN no se hicieron esperar: la fracción del PRI en la Cámara de Diputados acusó a los ministros de tener una actuación “lamentable” y actuar con una “sensibilidad cuestionable” al resolver la reducción de las pensiones de los trabajadores. Anunciaron que realizaran algunas modificaciones a la LSS para contrarrestar el dictamen de la Suprema Corte y revertir la interpretación dudosa sobre el tope máximo de las pensiones.

En el mismo sentido la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) le pidió al IMSS eliminar los resquicios jurídicos para evitar dichas interpretaciones que vulneran los derechos de seguridad social de los trabajadores mexicanos, sin importar el número de personas que pudieran ser afectadas. A su vez., el Instituto Mexicano de Ejecutivos en Finanzas reclamó que la aplicación de la jurisprudencia tendría un costo de 100 mil millones de pesos, monto que tendría que devolver el IMSS a 1.2 millones de trabajadores que han cotizado por arriba de 10 salarios mínimos.

La Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) se deslindó del asunto señalando que tocaba al IMSS aplicar la jurisprudencia emitida por la Corte y que no tenía injerencia en el asunto, lo cual resultaba asombroso considerando que las decisiones del IMSS tienen repercusiones presupuestales.

Sin embargo, de manera intempestiva el IMSS decidió el miércoles 4 de agosto no aplicar la jurisprudencia de la SCJN señalando explícitamente que no se modificará el tope de 25 salarios mínimos para los trabajadores que se jubilen bajo la ley de 1973. Reforma reportó que según integrantes del Consejo Técnico del IMSS se había descartado limitar las pensiones por instrucción presidencial. Versión que además coincide con el mensaje publicado en el Facebook del presidente Felipe Calderón que decía: “Ningún trabajador, jubilado o por jubilarse en el Seguro Social, le será reducida su pensión”.

Lo más patético del asunto es que ante la avalancha de reclamos, la Corte emitió una aclaración aludiendo que los medios mal interpretaron la Jurisprudencia y que el tope de pensiones que paga el IMSS no afectará a la llamada generación de transición, es decir, a los millones de trabajadores que estaban en activo en julio de 1997, y que pueden elegir entre jubilarse con el régimen de Afores o el de la Ley del Seguro Social de 1973. ¿Qué acaso el problema no se originó porque algunos jubilados reclamaron que el IMSS había puesto el tope de 10 salarios mínimos para su jubilación cuando ellos esperaban 25?

En realidad la “Tremenda Corte” y el IMSS ya no sabían como salir del entuerto en que se metieron. Curiosamente todos los sectores estaban en contra de la decisión. Los organismos del sector privado estaban preocupados porque los trabajadores y empleados jubilados y próximos a jubilar exigieran una compensación para resarcir el daño causado contra ellos por la decisión que conculcaba un beneficio esperado; los partidos de oposición (PRI y PRD) veían una gran oportunidad para corregir esta gran injusticia y pasarle la factura política al Gobierno Federal; los sindicatos cuestionados en su legitimidad por no saber defender los intereses de sus agremiados.

Sin embargo, el problema que subyace es la crisis financiera en la que está envuelto el IMSS. El Informe al Ejecutivo Federal y al Congreso de la Unión sobre la Situación Financiera y los riesgos del IMSS 2009-2010 muestra claramente que la capacidad financiera de la institución para enfrentar los riegos, contingencias y pasivos de los seguros que administra es real por lo que la viabilidad financiera está en riesgo si no se elevan las cuotas obrero-patronales, se eleva el subsidio proveniente del Gobierno Federal o se reducen algunos gastos.

Adicionalmente, como la LSS vigente no permite que la reserva financiera actuarial de los seguros superavitarios (Invalidez y de Vida y; Riesgo de Trabajo) sean utilizados para financiar los gastos de los seguros deficitarios (Enfermedades y Maternidad; Salud para la Familia, y; Guarderías y Prestaciones Sociales); si bien tiene la virtud de que los recursos no se desvíen del propósito al que fueron destinados, tiene la desventaja de que reduce enormemente el margen de maniobra del IMSS. Esta reforma se aprobó en 2004 y paradójicamente ha entrampado más al Instituto.

La crisis del IMSS es tan grave, que ha llevado a expertos como Santiago Levy, exdirector del mismo a proponer su desaparición y a la constitución de una nueva institución que ofrezca un seguro universal y que sea financiado directamente con impuestos. ¿Acaso no recuerda Levy, el nivel de tensión que generó la reforma de 2004 impulsada por él? ¿Cómo no alcanza comprender como un asunto mucho menor como el tope de la pensión de 25 a 10 salarios generó tanto rechazo? Parece ser que nuestros tecnócratas viven en otro mundo o añoran un régimen autoritario donde se impongan a fuerza este tipo de medidas radicales.

Es cierto el IMSS está enfermo como dice Sergio Sarmiento, pero matarlo no es la solución ni tampoco escatimarle a los asegurados sus cotizaciones para resolver los problemas financieros de la institución.

martes, 27 de julio de 2010

Jul 27, 2010: El fallo de la Suprema Corte sobre las pensiones del IMSS

Pablo Álvarez Icaza Longoria
mailto:%20pabloail@yahoo.com.mx

De manera subrepticia la semana pasada trascendió en los medios impresos -porque en los electrónicos el asunto ha sido prácticamente silenciado- la jurisprudencia que emitió el 9 de junio pasado la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) relativa al tope de pensiones que reduce de 25 a 10 veces el salario mínimo vigente en el Distrito Federal, el límite superior para el cálculo de las pensiones por invalidez, vejez y cesantía en edad avanzada a los trabajadores asegurados al Instituto Mexicano al Seguro Social (IMSS) resolviendo una contradicción entre dos tribunales colegiados de circuito.

Tratando de suavizar las reacciones, la SCJN aclaró el 27 de julio que la jurisprudencia sobre el límite de 10 salarios mínimos como base para el cálculo de pensiones sólo aplicara a quienes se jubilen bajo el régimen previsto en la Ley del Seguro Social vigente hasta 1997. Sin embargo, la mayor parte de los pensionados en curso y de los que harán los próximos 15 años lo harán según la Ley de 1973, por lo que jurisprudencia de la Corte puede afectar a millones.

Lo paradójico del asunto es que algunos analistas y medios que alertaron sobre la trascendencia de la resolución, son quienes no ha querido reconocer que el IMSS tiene toda la intención de aplicarla, señalando ingenuamente que “el IMSS no está obligado a fijar pensiones en función de lo que la Corte establezca” o que es una decisión de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).

El asunto comenzó porque un asegurado emprendió un litigio contra el IMSS, que le estaba ofreciendo un cálculo de pensión con 10 salario y no con 25 como pretendía, por lo que la Corte entró al tema a solicitud del IMSS dándole la razón al organismo. Realmente resulta cándido esperar que el IMSS con la resolución a su favor reconsidere y ofrezca a las personas que están en ese caso la pensión con 25 salarios mínimos, porque es lo justo. Más que candidez, incluso sería un contrasentido que el IMSS teniendo el caso ganado, no quisiera ejecutar el fallo a su favor y por ende en contra del beneficio de una multitud de personas que se verán perjudicadas por la jurisprudencia, que implica que a casos similares se les aplica el mismo criterio.

El ministro Sergio Valls fue quien elaboró la tesis y la suscribieron por unanimidad todos los otros integrantes de la Segunda Sala: Luis María Aguilar, Fernando Franco, Margarita Luna y el presidente de la Sala, Salvador Aguirre Anguiano alegando que de no hacerlo la viabilidad financiera del IMSS estaría en riesgo. El asunto ha generado molestia porque Valls fue en un pasado Subdirector Jurídico por lo que algunos opinan que entrada estaba a favor de una de las partes por lo que debió haberse excusado del asunto, esto es, se vulneró el principio de imparcialidad.

Según trascendió en La Jornada, que consiguió el documento de 51 páginas donde los Ministros de la Segunda Sala de la Corte fundamentan la jurisprudencia, el argumento central para el dictamen fue salvar financieramente al IMSS. Lo lamentable es que el objetivo de solvencia financiera esté por encima de los derechos de los trabajadores.

Desde que se aprobaron las modificaciones a la Ley del Seguro Social en 1997, cuando se estableció el sistema de cuentas individuales de retiro para los nuevos asegurados se había insistido en que si no se corregía el problema de los pasivos contingentes del IMSS, entre ellos la carga a futuro de las pensiones, éste estaría quebrado considerando escenarios de distintas proyecciones actuariales. Por lo que esta discusión parece un deja vu.

En el Informe de la situación financiera y los riesgos 2009-2010 donde se destaca la necesidad de cambios legales para elevar las contribuciones, es decir, elevar las cuotas de tres de sus sistemas de seguridad para aliviar la delicada situación financiera, lo cual requiere la aprobación del Congreso.

Algún analista se preguntaba si el IMSS se atrevería a recortar las pensiones, es decir a aplicar la Jurisprudencia a pesar de que habrá un fuerte descontento por la aplicación de la medida y que era un aspecto socialmente muy sensible. Mi impresión es que sí lo harán, máxime que el incremento de la cuotas muy difícilmente será aprobado por el Congreso, mientras que el recorte de las pensiones tiene todo el aval legal de la Suprema Corte.

Sin ser un experto en temas de seguridad social, en los que los actuarios pueden hablar con mayor conocimiento de causa que los economistas, adelanto la hipótesis de que gran parte de los problemas financieros del IMSS tiene que ver más con su incapacidad para que las autoridades laborales (STPS) frenen la práctica extendida del outsourcing, es decir, todo el proceso de subcontratación laboral que hay en México, en el que estas compañías le resuelven el problema a las empresas de los “costos de seguridad social” contratando a personas sin estos derechos y absorbiendo la relación laboral por ellos. Es decir, aunque es obligación legal de las empresas ofrecer seguro social, cada vez son más las que la evaden; aunque en el caso de las micro y pequeñas esto se debe a que no tienen capacidad económica para solventar la “prestación de ley”.

Es decir, en lugar de que el tamaño del pastel crezca en calidad y cantidad, el seguro social en México se ha ido reduciendo, no sólo en la calidad de los servicios sino en la garantía de una pensión digna. Ejemplos en la prensa sobran: compra de aparatos muy costosos, pero que por no contar con los recursos humanos y físicos (falta de materias primas, reactivos, etc.) para echarlos a andar terminan descomponiéndose ocasionado grandes pérdidas. Lo mismo que enormes y flamantes edificios nuevos pero sin médicos ni enfermeras, o con falta de materiales para atender a los derecho-habientes.

También es cierto que en muchas encuestas de atención al cliente, muchos de ellos responden que en general todo está muy bien. En gran parte esta respuesta condescendiente obedece en parte a dos causas: el temor a las represalias si se quejan, y al sentimiento de gratitud del mexicano, de señalar que “por lo menos tengo esto, que en caso contrario me costaría una fortuna en un hospital privado”.

Si bien es cierto como destaca Reforma (27 julio) que el déficit de recursos del IMSS repuntó el año pasado, porque la crisis propició una menor recaudación; en realidad el problema financiero del organismo ya era crítico y el desplome de la actividad económica lo hizo más evidente.

Por otra parte, se ha destacado el enorme crecimiento del déficit en el Régimen de Jubilaciones y Pensiones (RJP) del Instituto, es decir, de sus propios trabajadores, por lo que en el mencionado informe se destaca que el IMSS pretende ejercer acciones para propiciar un entorno de acuerdo con el Sindicato Nacional de Trabajadores del Seguro, donde se puedan ponderar una baja del pasivo laboral, así como una mejora en el balance entre las condiciones laborales de los trabajadores y su productividad. Traducido en palabras más llanas en recortar las condiciones generales de trabajo.

En conclusión, el fallo de la Corte, el anuncio de ajuste internos dentro del IMSS (recortes, despidos modificaciones de las condiciones laborales, etc.) y el amago de alza de cuotas pueden ser el detonante de un fuerte descontento social. No nos extrañe entonces, que personajes como Andrés Manuel López Obrador, que el domingo pasado dio el banderazo de salida para su campaña hacia el 2012, aprovechen la oportunidad para revivir políticamente, ya que tienen por delante un excelente “caldo de cultivo” para canalizar el descontento que se ampliaría con una reforma fiscal “ahora sí de a de veras”. Con una estrategia similar a los “Amigos de Fox”, AMLO quisiera imponerle al PRD su candidatura ante una “avalancha” tan abrumadora como la suya.

martes, 20 de julio de 2010

Jul 20, 2010: Polémica sobre la política monetaria del Banco de México

Pablo Álvarez Icaza Longoria
mailto:pabloail@yahoo.com.mx

El viernes pasado Banco de México decidió mantener en 4.5% el objetivo de la tasa de interés interbancaria de un día. Diversos analistas se manifestaron en contra de la versión demasiado optimista del comunicado, señalando que incluso resultaba contradictoria con algunas presentaciones recientes del gobernador Agustín Carstens. Otro tipo de discusión giró en torno a si la decisión de mantener la tasa sin cambios había sido la adecuada.

Antes que nada valdría la pena aclarar que el banco central en un comunicado de una sola página da una explicación resumida de porque toma una determinación de este tipo, sin aclarar si hubo consenso entre los cinco miembros de la Junta de Gobierno o si hubo algún voto en contra, como sucede por ejemplo en Estados Unidos. Incluso, la Reserva Federal posteriormente publica las minutas de las reuniones, lo cual nos permite conocer los argumentos y las discrepancias entre los miembros con o sin derecho a voto. Por ejemplo, en la última reunión de junio, dos gobernadores (Kansas y Dallas) se pronunciaron por subir la tasa de descuento de 0.75 a 1.0%. Aunque no me voy a meter en el tema de la falta de transparencia, no quise perder la oportunidad para señalarla deseando que en un futuro próximo haya avances.

Respecto a la evolución de la economía mundial, el banco central destaca una recuperación modesta de los países avanzados y un fuerte crecimiento en los emergentes. Sin embargo, no señala la tendencia a la desaceleración que se presenta en ambos y sólo reconoce que la situación financiera y las perspectivas de crecimiento en Europa permanecen como un elemento de vulnerabilidad. Por ende, concluye que la inflación y sus expectativas en las economías avanzadas se mantendrán en niveles reducidos.

Sobre México, se destaca el favorable crecimiento de la producción manufacturera, se reconoce que el consumo y la inversión del sector privado “siguen en niveles relativamente bajos”; que el tipo de cambio se mantiene estable a pesar de la volatilidad residente en los mercados internacionales; y que las tasas de interés de largo plazo han continuado disminuyendo de manera importante. Esto es, aunque Banxico reconoce implícitamente que los inversionistas en el mercado de dinero están reconociendo expectativas de inflación más baja, prefiere ser cauteloso y constatar la inflación que se observará a futuro.

Finalmente, al referirse a la inflación acepta que la general y sus dos componentes (subyacente y no subyacente) se han comportado mejor de lo previsto (3.96% en el segundo trimestre de 2010 vs. 4.50% pronosticado), y ello se debió en gran parte a efectos estacionales y coyunturales, pero que espera que siga la trayectoria pronosticada, por lo que advierte sobre un repunte de la misma como la razón para mantener sin cambio la tasa de referencia refrendando el objetivo de 3 por ciento a finales del 2011.

Sobre el último punto, la autoridad monetaria no reconoce el efecto de la apreciación del tipo de cambio apoyado por las tasas de interés relativamente elevadas y que la débil demanda interna también contribuye a que algunos precios incluso caigan. Al respecto hay dos anatemas: no se puede reconocer que hay un propósito deliberado para que el tipo de cambio apoye el objetivo inflacionario y que la reactivación del mercado interno en el corto plazo se puede sacrificar en aras de asegurar la tendencia inflacionaria a la baja.

Una vez, comentado el anuncio del banco central ¿Cuál sería mi opinión respecto a los dos debates mencionados? Creo que la versión sobre el panorama de la economía mundial y de México es bastante optimista, máxime que el sector más dinámico es el exportador. Este motor de crecimiento como ya hemos expuesto en Notas anteriores es insuficiente para generar dinamismo al resto de la economía y es previsible que pierda impulso en el segundo semestre del año, lo cual se hará más evidente cuando desaparezca la base de comparación tan baja respecto al 2009.

Respecto a la decisión de mantener las tasas de interés, creo que el Banco de México pudo haberlas incluso reducido ligeramente al menos hace dos meses, cuando era evidente que los resultados de inflación fueron mucho más bajos que lo esperado por los especialistas. Por otra parte, no se aportan argumentos sólidos de porque habrá un repunte inflacionario en los siguientes meses y más parece una paranoia inflacionaria. Lo único que señala de manera preventiva es que se continuara vigilando “la velocidad con la cual se vaya cerrando la brecha del producto”, en alusión a que el PIB crezca por arriba del nivel potencial planteado por el banco (5%) y que ello genere inflación.

Finalmente, aunque suene redundante es pertinente hacer las siguientes consideraciones. Creo que no se debe perder la objetividad del análisis. Es decir, se puede prever lo que va a hacer la autoridad monetaria independientemente de si se está de acuerdo o no con la medida implementada, por lo que lo más importante en este nivel de razonamiento es conocer cómo piensa y actúa ésta. Curiosamente, algunos analistas generaron una corriente de opinión tan fuerte de que “iban a bajar la tasa”, que en el mercado secundario de dinero, las tasas de interés descendieron descontando una decisión en ese sentido. A posteriori, los que apoyaban la decisión de la Junta, porque consideraban una insensatez bajarla, lo cual opinaban, hubiese dañado la credibilidad de la lucha contra la inflación del banco central, se quejaban airadamente en contra de los que impulsaron el “rumor” provocaron un grave desorden en los mercados. Acusar de “interesados” a los opuestos no es correcto y menos cuando aquellos fijaron posiciones de manera abierta y por escrito.

martes, 13 de julio de 2010

Jul 13, 2010: Producción automotriz y manufacturera en México

Pablo Álvarez Icaza Longoria
pabloail@yahoo.com.mx

El principio de la semana se destacó por los buenos números en la industria automotriz de junio y del primer semestre de acuerdo a la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA) y de la producción industrial de mayo, especialmente del sector manufacturero, donde la actividad automotriz juega un papel relevante. La AMIA informó que se ensamblaron un millón 77 mil 651 unidades durante el primer semestre, siendo el nivel récord alcanzado en ese período. INEGI reportó que la actividad industrial creció 8.4% anual, siendo el crecimiento más alto para un mes similar en 13 años.

En ambos casos, la producción destinada a la exportación fue el factor que explica el gran dinamismo y ambos desempeños están relacionados considerando el peso que tiene la industria automotriz en las exportaciones manufactureras y en la industria en general. En este sentido, los analistas económicos suelen destacar la elevada correlación que hay entre la producción industrial de Estados Unidos y México mostrando el paralelismo en una gráfica.



Sin embargo, valdría la pena hacer algunas consideraciones: no se ha recuperado el nivel de 2008 en lo que respecta a la producción industrial de mayo; la comparación estadística es favorable, porque hace un año fue cuando se presentó la influenza A H1N1 y se conjugó con la recesión económica, y; que el dinamismo del sector exportador estuvo marcadamente influenciado por la reactivación de Estados Unidos, lo que ha contribuido de manera decisiva en el favorable desempeño de este variable.

Regresando a la industria automotriz, la producción destinada al mercado doméstico fue de 177 mil 228 vehículos en el primer semestre, mientras que para la exportación sumaron 900 mil 423. Si además consideramos que cerca del 80% de estas exportaciones van a Estados Unidos, según la AMIA, comprenderemos porque es tan importante las proyecciones acerca de la economía de nuestro vecino y en particular sobre las expectativas de consumo de estos bienes duraderos.

En este sentido la eliminación de la tenencia para automóviles nuevos a un costo de 250 mil pesos en días pasados, a parte de la marcada intención electoral, tiene la intención de estimular el mercado interno que ayude a compensar la previsible desaceleración del mercado externo.

Otro de los indicadores de que el mercado interno de México sigue estando muy débil, se desprende de que la construcción en mayo tuvo un crecimiento de 0.0% en tasa anual que contrasta con el 14.2% de la industria manufacturera. El modesto desempeño de la construcción también influye en un escaso dinamismo de la inversión fija bruta y por ende en que el crecimiento económico no se potencie. Al respecto, INEGI anunció que esta variable creció 0.5% en tasa anual en abril como resultado de que la realizada en maquinaria y equipo creció 2.0% y la efectuada en construcción cayó 0.3%.

Cabe señalar que la deflación de los precios al consumidor en el país en junio (0.03%) que llevó la inflación en tasa anual a 3.69%, y que en buena medida fue ocasionada por caída de precios agrícolas, en un principio fue recibida como una buena noticia; pero, por el lado de la economía real, causó preocupación porque se interpretó como una señal de debilitamiento del mercado interno y que también se ve reflejada en crecientes tasas de desempleo. Como comentario al margen, el sector exportador también ha contribuido que las cifras de trabajadores asegurados al IMSS, pero este segmento esta muy lejos de representar a toda la fuerza laboral de México.

En lo que respecta a Estados Unidos, además de los reportes trimestrales, cuya temporada comenzó con el pie derecho con los favorables resultados de Alcoa para el segundo, que es considerada como una guía para la economía puesto que se trata de una empresa diversificada en varios sectores, los mercados reaccionaron favorablemente al anunció de que el déficit comercial subió 4.8% en mayo debido al fuerte crecimiento de las importaciones de China (12.1%), lo que fue interpretado como una buena señal de actividad económica.

Sin embargo, los indicadores más relevantes a seguir serán las ventas al menudeo y la producción industrial en junio de Estados Unidos (14 y 15 de julio) para ir defiendo con más precisión las tendencias recientes. Seguramente, también habrá mucha atención con los precios al productor y al consumidor esperando que no haya señales de deflación asociadas a debilitamiento de la demanda. Finalmente, la percepción del consumidor de la primera quincena de julio de la Universidad de Michigan también atraerá la atención de los analistas, quienes verificarían si se confirma o no la recaída de la confianza del consumidor de junio que registró el Conference Board a finales de junio y que metió mucho ruido en los mercados.

En conclusión puesto, que los indicadores en Estados Unidos pudieran venir mixtos, no extrañe que pudiéramos observar una significativa volatilidad en los mercados financieros, que también están expectantes a las pruebas de estrés de los bancos europeos. No en balde, prevalece mucha cautela entre los inversionistas que no quisieran hacer apuestas arriesgadas a futuro. En este sentido, me parece pertinente recomendar la excelente nota que aparece hoy en The Wall Street Journal Americas, suplemento de Reforma intitulado “Los pequeños inversionistas de EE.UU. huyen de las acciones”, en donde se destaca que la tendencia a comprar menos acciones por estos se aceleró en mayo, luego del ajuste registrado en los mercados. Pareciera como si estos ahorradores se hayan cansado de ser “carne de cañón” de los profesionales.

martes, 6 de julio de 2010

Jul 6, 2010: ¿Moderando el pesimismo ó el optimismo?

Pablo Álvarez Icaza Longoria
pabloail@yahoo.com.mx

Luego del feriado del lunes por la independencia de Estados Unidos (EUA) y de la caída de 125 mil puestos en la nómina no agrícola de junio, los mercados recibieron de manera positiva la señal de desaceleración (crecimiento a menor tasa) que envío el reporte de la Actividad No Manufacturera de EUA en junio cuyo índice pasó de 55.4 en mayo a 53.8 en junio. Previamente, se difundían algunas declaraciones de funcionarios de la Reserva Federal (Fed) que establecían que se esperaba una desaceleración del PIB de EUA para el segundo semestre del año.

Cuando la tendencia de una desaceleración se acentúa, lo que sigue es una contracción económica y posiblemente una recesión, como sucedió durante el segundo semestre de 2008. Sin embargo, esta historia no tendría porque repetirse fatalmente, si ocurriera un repunte durante el primer semestre de 2011. El trasfondo es que se haga algo antes, para evitar que las malas experiencias se repitan, esto es, la discusión relevante versa sobre cuál es la política económica correcta.

Quienes tienen una perspectiva más optimista argumentan que es muy raro de que se presenten dos recesiones tan seguidas y que el proceso de recuperación de la economía de EUA que comenzó en el segundo semestre de 2009 está entrando en una pausa, por lo que este alentamiento de la economía puede ser visto de manera positiva. Apoyando esta posición está el hecho de que el Comité de Ciclos Económicas de la Oficina Nacional de Investigación Económica (NBER por sus siglas en inglés) ni siquiera ha decretado de manera oficial el fin de la recesión que comenzó en diciembre de 2007.

En sentido contrario, quienes esperan un futuro más negativo argumentan que el problema es que el proceso de recuperación se interrumpió prematuramente ya que se retiraron los apoyos a los hogares y a los gobiernos locales antes de que el empleo comenzara a mejorar. Adicionalmente, se presiente que pasadas las elecciones de noviembre, se impulsaran alzas de impuestos para reducir el déficit fiscal lo que afectará aún más los gastos de los consumidores.

Ambas posturas están de acuerdo en que en estos momentos el ciclo de negocios de EUA está en un punto de inflexión. La diferencia estriba en que unos apuestan a la moderación del crecimiento futuro, mientras que los más preocupados alertan sobre un cambio de tendencia hacia la caída futura de la economía. En estos momentos es muy difícil saber cual posición tiene razón, porque se requiere más información que la de un mal dato para poder confirmar las tendencias. Por ende, lo más sensato sería moderar el optimismo, en un caso, y el pesimismo en el otro.

La definición de las tendencias de EUA es muy importante para México porque el sector externo ha sido el más dinámico en el proceso de recuperación económica considerando el débil desempeño del mercado interno. Adicionalmente, una reducción del precio del petróleo ocasionando por un menor dinamismo de la economía mundial podría afectar las finanzas públicas y en cierta medida el incremento de las reservas internacionales que hace poco superaron el monto de los 100 mil millones de dólares.

En lo que respecta a México, se difundió el Índice de Confianza del Consumidor (Inco) de junio, el cual creció 7.9% en tasa anual y considerando la serie ajustada estacionalmente aumentó 3.58% en relación a mayo según es Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). Todos los componentes del Inco crecieron; sin embargo, habría que llamar la atención que como la economía mexicana viene saliendo de una grave recesión, los niveles actuales todavía son muy bajos. Algunos aspectos, adicionales que cabe destacar, son:

La situación actual del país creció 12.6% mientras que la esperada dentro de un año, sólo creció 6.8%, es decir, hay una moderación de las expectativas de los consumidores sobre su entorno. La comparación actual con la de un atrás pudiera estar sobredimensionada considerando que en ese momento estábamos en el punto más bajo de la recesión y en plena contingencia sanitaria (H1N1), esto es, el punto de referencia es muy bajo. El ciclo económico de México va con cierto rezago con el de EUA y ello también se resiente en la confianza del consumidor. Adicionalmente, la reactivación del gasto de consumo de EUA ha sido mucho más relevante y sobresaliente que la del país.

La siguiente gráfica del Índice coincidente de México muestra la situación económica hasta abril divulgada hoy 6 de julio. Se observa que aunque ha habido una mejoría relativa, pero que todavía se estaba en niveles muy lejanos a los previos a la crisis económica de 2009.



Es muy probable que este ambiente económico desfavorable hubiese tenido repercusiones en las elecciones estatales del 4 de julio. En ese sentido se entienden los esfuerzos desesperados de los anuncios del Presidente Calderón para generar la impresión de “vamos mejor”. Nunca antes se habían anunciado las cifras de trabajadores asegurados al IMSS un día después del cierre del mes. Por lo que su difusión el 1 de julio no dejaba de tener una clara intención electoral, pero que tampoco resultaría eficaz para cambiar la percepción de la situación económica prevaleciente.

martes, 29 de junio de 2010

Jun 29, Desaceleración económica y aversión al riesgo

Pablo Álvarez Icaza Longoria
pabloail@yahoo.com.mx

Se ha señalado que los mercados accionarios no pueden seguir creciendo si la recuperación económica no se consolida de tal forma que la mayor actividad productiva pueda ayudar a generar mayores empleos en todo el mundo y particularmente en Estados Unidos. En este sentido, los indicadores de coyuntura se volvieron muy importantes para definir la tendencia de los mercados. Si bien el viernes 25 de junio, hubo algunos con la revisión a la baja del PIB del primer trimestre de un crecimiento de 2.7% en lugar del 3.0% y de una recaída en la venta de viviendas nuevas y usadas en Estados Unidos, luego de la culminación de los estímulos crediticios, el asunto no había sido tan preocupante.

Sin embargo, el martes 29 de junio los mercados financieros fueron sacudidos por varias noticias. La primera la revisión a la baja del índice económico adelantado de China en abril a 0.3% que había sido reportado con un alza de 1.7% por The Conference Board movió a los mercados al dar una señal de desaceleración de la economía del país del lejano oriente antes de que abrieran los mercados en Nueva York; posteriormente, la misma organización comunicaba una fuerte recaída de la confianza del consumidor en junio principalmente porque los consumidores manifestaron preocupación por las condiciones de empleo en Estados Unidos (EUA) y un debilitamiento de las expectativas sobre la situación futura del mismo.

Adicionalmente, el vencimiento de la línea de crédito de 12 meses ofrecida por el Banco Central Europeo el jueves 1 de julio a los bancos de la región provocó preocupación porque los presionara a encontrar otras alternativas de financiamiento y se podría generar falta de liquidez en los mercados y por ende alza de las tasas de interés. Los temores en el sector financiero se podrían extender al sector real de la economía si afectaran la reactivación de los préstamos al sector privado necesarios para reactivar la economía.

La señal de la desaceleración económica se reflejó en el fuerte retroceso en las bolsas de todo el mundo y en una importante caída del precio del petróleo a pesar de que el mal tiempo afectaría su suministro durante los siguientes días. La aversión al riesgo se reflejó en que el euro rompió la barrera de 1.22 dólares, y en que la tasa libor a tres meses alcanzó su nivel más alto en ocho meses.

En México, el tipo de cambio spot saltó de un cierre de 12.70 el lunes 28 de junio a 12.85 a medio día del martes 26. En el movimiento poco influyó el asesinato del candidato al PRI a Tamaulipas y más bien fue la aversión al riesgo global, lo que ocasionó el movimiento, sin por ello dejar de considerar que se trata de un factor preocupante.

La resolución del Grupo de los 20 de ir retirando los estímulos fiscales paulatinamente de tal manera que al 2013 se redujera a la mitad el déficit fiscal respecto al prevaleciente en 2010 abrió de nueva cuenta la polémica entre los economistas neokeynesianos y ortodoxos. Entre los primeros, figura Paul Krugman, premio nobel de economía, quien desde su columna en el New York Times expresara su desagrado por la resolución destacando que la tendencia europea de recortar gastos y de incrementar impuestos en Europa, así como la presión de los Republicanos en EUA para reducir y acortar el paquete de ayuda aprobado en febrero de 2009 podrían abortar el proceso de recuperación económica e incluso meter a ambas regiones en una trampa de la liquidez, similar a la que afectó a la economía japonesa a finales de los noventa.

Para Krugman la amenaza más grave para la economía mundial es la sobreproducción y la deflación, por lo que el error del G20 provocaría la tercera gran depresión en la historia contemporánea cuando parecía que ya nos habíamos salvado de ella. La primera él la ubica en 1873 1890 (la Depresión Larga); la segunda entre 1929 y 1938 (la Gran Depresión) y la tercera, la actual, todavía no definida.

En sentido contrario, la ortodoxia señala que los gobiernos del G20 no podían plantearse dejar de reducir los déficit y la deuda pública, ya que la demanda de fondos prestables por los Gobiernos presionaría al alza las tasas de interés lo que trastocaría el crecimiento y la estabilidad a largo plazo en última instancia. Por ende, este grupo clama por “quitar el piso del acelerador” e ir eliminando también la política monetaria expansiva. Recuérdese que en la última reunión (23 de junio) del Comité Federal de Mercado Abierto de la Reserva Federal (Fed) uno de sus gobernadores discrepó que se hiciera explícita la determinación de seguir por tiempo indefinido sin subir las tasas de interés de referencia.

Ambas partes tiene elementos a su favor: la recuperación económica no se ha consolidado; pero tampoco es sostenible mantener indefinidamente los estímulos fiscales y monetarios para reactivar el desempeño económico. Los inversionistas en la bolsa tendrán que aprender que los mercados a la alza no son eternos y que los ajustes son a veces necesarios para desinflar las expectativas.

Por otra parte, el G20 reconoce que se debe avanzar en la regulación del sistema financiero para evitar operaciones indebidas o conflictos de intereses como los que ocurrieron con la crisis financiera del 2008, principalmente entre los bancos de inversión y las calificadoras. También, deberá evitarse el daño moral de algunos bancos demasiado grandes, que hacían operaciones sin contemplar los riesgos apostando a que serían rescatados ante el riesgo sistémico que representaba su quiebra.

Resulta asombroso como a casi dos años de la quiebra de Lehman Brothers, los bancos hayan ejercido una presión muy efectiva en el Congreso para reducir los mecanismos de regulación de precaución que ha querido impulsar moderadamente la Administración de Obama. Incluso, la tesis de que dichas medidas reducirían drásticamente las utilidades de los bancos y encarecería el crédito de las empresas de las familias ha sido suficiente para que los mercados caigan y asusten a los políticos de pretender aprobar medidas que prevengan que la crisis del 2008 no se vuelva a repetir. Esto sería imperdonable considerando el enorme subsidio que han recibido los banqueros de recursos públicos para implementar el enorme rescate financiero, el cual fue tan cuantioso que ya no dejo mucho margen para que se fomentara la recuperación económica.

Una de las interrogantes que quedó con el G20 fue, si las reformas fiscales son impostergables, porque tienen que ser regresivas. Obviamente este es un punto que genera mucho conflicto: por eso una de las resoluciones sobre grabar a la banca fue que cada país decida lo que crea conveniente. Mientras tanto, esperemos los datos de empleo en junio de EUA para evaluar cómo va su tendencia.