domingo, 17 de julio de 2011

Jul 17, 2011: La crisis económica pasó la factura a los hogares (ENIGH 2010)

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El ingreso corriente promedio trimestral por hogar cayó 12.3% en términos reales en 2010 respecto a 2008, informó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) al dar a conocer la tan esperada Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) 2010 el 15 de julio. Al agrupar a los hogares por los ingresos que perciben en diez conjuntos (deciles), se destaca que el ingreso promedio de todos los deciles cayó; pero como el monto de los hogares de los deciles con mayor nivel se redujeron más marcadamente que los de menor nivel, la concentración del ingreso disminuyó. Esto se refleja en que el coeficiente de Gini disminuyó desde 0.456 en 2008 a 0.435

El coeficiente de Gini es una medida de concentración del ingreso, la cual toma valores entre cero y uno. Cuando el valor se acerca a uno, indica que hay mayor concentración del ingreso; en cambio cuando el valor del Gini se acerca a cero la concentración del ingreso es menor.

INEGI atribuye la disminución del coeficiente de Gini al incremento de las transferencias en los primeros deciles, especialmente en zonas rurales y a la mayor pérdida relativa de ingresos en los mayores deciles. Las transferencias son las entradas monetarias recibidas por los integrantes del hogar y por las cuales el proveedor o donante no demanda retribución de ninguna naturaleza. Es decir, hay menos desigualdad, pero debido a que los deciles más altos perdieron más ingreso que los más bajos. Lo anterior implicaría que el nivel de pobreza medida por ingresos empeoró en esos dos años. La proporción precisa y oficial la conoceremos cuando el Consejo Nacional para la Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) de a conocer las cifras.

La disminución real del ingreso corriente total de los hogares en 6.8%, y de la caída del ingreso por trabajo independiente y del ingreso por renta de propiedad en 35.1 y 30.7 por ciento respectivamente apoya la tesis del INEGI respeto a la mejoría del coeficiente de Gini. Sin embargo, es posible que por el problema de la inseguridad y el temor a ser secuestrado, algunos hogares de mayores ingresos no hayan reportado verazmente todos sus ingresos.

La ENIGH siempre ha tenido la característica de que muchos hogares de mayores niveles de ingresos se niegan a participar en la misma. Investigadores como Enrique Hernández Laos, entre otros, han estudiado bien este fenómeno. En la medida en que esta problemática era común en todas las encuestas, todas tenían el mismo sesgo y por ende eran comparables. Sin embargo, si la proporción de no respuestas se acentúa en los deciles más altos y quienes responden el cuestionario subestiman deliberadamente sus ingresos, ya no solo por el temor a la fiscalización de Hacienda, sino especialmente por el que genera la delincuencia, por más que el entrevistador le haya jurado y perjurado que la información se utilizaría confidencialmente al entrevistado, sí implica un problema importante. Tampoco es desdeñable el caso de familias del norte del país de niveles de ingreso altos que han cambiado su lugar de residencia a Estados Unidos.

A pesar de la consideración anterior, el decil X concentra el 33.9% del ingreso total del los hogares y el IX el 16.3%, es decir, 20% de los hogares concentran 50.2% del ingreso; mientras que el 80% restante obtuvieron el 49.8%.

INEGI llama la atención respecto a las condiciones de vulnerabilidad del primer decil, porque el 40.3% de sus ingresos provinieron de las transferencias principalmente de programas gubernamentales; el 35.7% de remuneraciones por trabajo subordinado, 16.5%por trabajo independiente, 6.0% de ingresos por otros trabajos y el 1.2% de renta de la propiedad. Es decir, sin los subsidios gubernamentales estarían mucho peor, pero la dependencia de estos se ha vuelto crónica.

En contraste, se destaca que en el decil X, las transferencias representaron sólo el 12.6% de su ingreso, mientras que las remuneraciones por trabajo subordinado el 67.2%, el 8.4% como renta de la propiedad, 9.0% de trabajo independiente y 2.7% como ingreso de otros trabajos. En este estrato están los ejecutivos, funcionarios de niveles medio y alto, empresarios y profesionistas con elevados ingresos, entre otros. Las trasferencias en este caso, son más bien de ayudas familiares a los padres y a los hijos.

Las transferencias tienen un peso relativo más importante en localidades rurales que en las urbanas. En las localidades de menos de 2,500 habitantes representan el 21.7% de los ingresos; mientras que las que tiene más de 2,499, la proporción baja a 13.4%, lo que se refleja en el apoyo gubernamental preferente a las zonas más pobres del país.

El gasto corriente total promedio trimestral por hogar decreció en 3.8% de 2008 a 2010 situándose en $30,596 pesos de 2010. INEGI no menciona en el comunicado, como disminuyeron por deciles; sin embargo, presenta la estructura porcentual del gasto de los deciles I, V y X en 2010 que resulta bastante ilustrativa de cómo las posibilidades y prioridades son diferentes dentro de los estratos sociales.

Los hogares del decil I destinan 49.9% de su gasto a alimentos, bebidas y tabaco; los del V, 39.6% y los del X 22.9%. En contra partida, en educación y esparcimiento los hogares del decil I asignaron el 5.4% de su gasto, 10.1% en el V y 19.5% en el X. Si consideramos el rubro de transporte y comunicaciones, los porcentajes para los deciles I, V y X son 11.5, 16.5 y 18.9 por ciento respectivamente.

Sin embargo, las características son completamente diferentes en lo que se respecta a los aspectos específicos. Por ejemplo, considerando el gasto monetario el decil X dedica 4.4% del gasto trimestral a adquisición de vehículos de uso y 7.7 % a refacciones, partes, accesorios, mantenimiento, combustibles y servicio para vehículos; en el decil I los mismos porcentajes son 0.5 y 2.8 por ciento.

Cuando se difundieron los resultados definitivos del Censo de Población 2010, una corriente de opinión que defiende la tesis de que en México las cosas están mejor tomó fuerza. Como prueba de ello señalaban que una mayor proporción de los hogares cuenta con automóvil propio, usan teléfono celular, por mencionar algunos indicadores con los que había en el 2000, por lo que ya somos un país de clase media. Es cierto, la clase media ha crecido; sin embargo, se omite reconocer la otra parte, la de los mexicanos que siguen sumidos en la pobreza.

La ENIGH 2010 viene a recordarnos que más de 50 millones de mexicanos son pobres, que no tienen un trabajo que les permitan vivir dignamente y que dependen de subsidios gubernamentales que les otorga el gobierno para sobrevivir. INEGI señala que en 2008 y 2010 ha habido un efecto positivo de las transferencias en la distribución del ingreso, ya que el coeficiente de Gini sin transferencias en 2008 y 2010 fue de 0.505 y 0.488 y con transferencias de 0.456 y 0.435 respectivamente.

Análogamente, el diario New York Times dio a conocer un reportaje el pasado 6 de julio, que señala que el mejor nivel de vida de los mexicanos ha reducido su deseo de viajar al Norte. Los datos de la ENIGH no apoyan esta hipótesis, como tampoco se rechaza la tesis de que el desarrollo económico de México ha beneficiado a sectores de ingresos medios y altos (decil VIII al X).

domingo, 10 de julio de 2011

Jul 11, 2011. Alza de la gasolina: disyuntiva entre inflación y déficit público

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El sábado 9 de julio, la gasolina registró el séptimo incremento del año de 8 centavos, por lo que la tipo Magna costará 9.32 pesos por litro. De esta forma, ha subido 5.2% en lo que va del año, mientras que la inflación general acumulada en los primeros seis meses fue de 0.30%, generando molestia entre los automovilistas, quienes han asimilado resignadamente, estos incrementos paulatinos que continuaran a lo largo del año.

El aumento de la gasolina se debe a que más del 40% de la gasolina se importa y como el precio internacional ha ido a la alza, el gobierno ha tenido que ajustar más frecuentemente el precio, a pesar de la apreciación del peso frente al dólar, porque el subsidio que pretendía otorgar, que cubre parte de la diferencia entre el precio oficial y el internacional, se ha incrementado más de lo programado. Según declaraciones de Ernesto Cordero, titular de Hacienda, el monto de los subsidios sería de 170 mil millones de pesos en 2011.

Es evidente que el gobierno mexicano no quisiera que el precio de la gasolina subiese demasiado rápido, porque ello además de que le restaría popularidad entre sectores de clase media, que son su base de apoyo, podría tener un impacto inflacionario por el efecto indirecto por mayores costos de trasporte. Por ello, es que se ha optado por los deslizamientos mensuales, para que no se resienta tan de golpe el alza.

Sin embargo, los elevados subsidios a la gasolina ha sido cuestionados por diversos organismos (OCDE, PNUD, etc.) y especialistas, porque son muy regresivos, ya que benefician preferentemente a la población de mayores ingresos. Adicionalmente, el mayor incremento de los subsidios, además de seguir emporando el déficit público, sigue alentando el uso del trasporte privado en lugar del público.

En un reporte reciente, el PNUD destaca que en 2008 se gastaron casi cuatro veces más recursos gubernamentales en subsidiar la gasolina que en todos los programas para combatir la pobreza.

La discusión del creciente subsidio a la gasolina plantea dos temas: 1) la política de precios controlados y administrados del Gobierno Federal más orientada a evitar incrementos elevados de precios (inflación reprimida), se contrapone al objetivo de equilibrar las finanzas públicas, sobre todo de cara al proceso electoral de 2012, es decir, hay una decisión en disyuntiva (trade off) entre la inflación y el menor déficit público que implica reducir el subsidio a la gasolina; y 2) ¿cuál debe ser la política para producir refinados en México?

Por una parte están quienes señalan que el país debe explotar sus ventajas comparativas e invertir más en exploración y menos en refinación, es decir, seguir como estamos e intercambiar materias primas por productos con mayor valor agregado, pero eliminando los elevados subsidios a la gasolina, que además de regresivos, empeoran sensiblemente las finanzas públicas, recortando recursos para necesidades más prioritarias de la población.

En una posición con más matices, están los que son más partidarios de que Pemex compre refinerías en Texas y desde el extranjero surta el combustible, lo que tiene la ventaja de que en el corto plazo resuelves una carencia y no se tienen que iniciar largos y costosos proyectos de inversión en México. Las desventajas de esta alternativa son que no contempla los costos de transporte, supone erróneamente que hay excedentes de refinerías en el resto del mundo y omite la circunstancia de que algunas de esas instalaciones ya son obsoletas y experimentan una elevada depreciación, además de que algunas de estas “gangas” enfrentan severas restricciones ambientales, por lo que los costos de producción tenderían a ser más elevados, en países donde los reguladores son más estrictos.

Otra alternativa es que el gobierno mexicano decida resolver el problema en el mediano y largo plazo construyendo más refinerías en México. Sin embargo, está claro que no quiere impulsar esta opción con el actual marco jurídico. En una gira reciente por Europa, el presidente Calderón declaró que estaba insatisfecho con la anterior reforma petrolera, que no permitía inversión privada en la industria petroquímica primaria. Adicionalmente, es evidente la táctica dilatoria para la construcción de una planta de refinación en Tula. Primero, se decidió someter a concurso el lugar de instalación politizando y confrontando a los gobiernos estatales, cuando la decisión pudo haberse tomado desde un principio, por consideraciones técnico-económicas.

Posteriormente, una vez ya tomada la decisión, el proyecto se ha ido postergando por diversas consideraciones, que van desde un proceso burocrático en la toma de decisiones, hasta los elevados costos de subcontratación, puesto que Pemex-Refinación ha sido el área más descuidada de la paraestatal y se ve obligada a contratar proceso productivos con empresas privadas nacionales y extranjeras, que vuelve muy complejo cualquier avance.

Algunos expertos en la industria petrolera creen que el actual gobierno no tiene la voluntad política para aplicar la reciente reforma petrolera, por lo que PEMEX sigue funcionando inercialmente, con deficiencias crónicas de funcionamiento corporativo, mala administración, corrupción y paralizada por la imposibilidad de tomar decisiones asertivas, atrapada por una maraña burocrática impresionante donde prevalecen los intereses creados de los proveedores de la paraestatal y ahorcada fiscalmente por la necesidad de recursos para las finanzas públicas.

Lo más paradójico de esta historia de displicencia para implementar la reforma energética aprobada en 2008, es que, cuando el próximo gobierno tenga voluntad para hacerlo, tal vez México ya no tenga el nivel de reservas petrolera necesaria para aprovechar esa ventaja comparativa que tuvimos en el pasado, gracias al agotamiento prematuro de los yacimientos petroleros provocado por la sobreexplotación de los mismos y especialmente en los últimos diez años.

Los automovilistas mexicanos podrán seguir gozando de un precio más bajo de la gasolina que en el extranjero en el corto plazo, lo que ayudará sin duda a que la inflación sea baja y a que la popularidad de nuestros gobernantes no se vea afectada. Sin embargo, a medida que los subsidios a la gasolina sigan creciendo, el deslizamiento del precio tendrá que ampliarse, aunque ello tal vez sucederá hasta julio de 2012, pasadas las elecciones. Sin embargo, “no se podrá seguir nadando de muertito” por mucho tiempo y una reforma fiscal tendrá que llegar más pronto que tarde, porque el “colchón” de los recursos petroleros se agotará en algún momento.

lunes, 4 de julio de 2011

Julio 4, 2011: Primer semestre complicado; segundo un poco mejor

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El año 2010 finalizó con buenas expectativas para el 2011. Las proyecciones de crecimiento de la economía mundial y de México fueron revisadas a la alza y los buenos augurios señalaban que la recuperación económica podría irse consolidando. Adicionalmente, los sectores rezagados en la recuperación como la construcción y el turismo podrían reactivarse en el año que comenzaba.

Sin embargo, el panorama social y político en el Norte de África y Medio Oriente cambio el escenario. Las protestas sociales iniciadas en Tunes por el desempleo y las restricciones políticas se fueron propagando a los países vecinos, lo que ocasionó el disparo del precio del petróleo y sus derivados. El impacto inflacionario y en el costo de las empresas, podría ser temporal el tanto las crisis sociales se fueron resolviendo.

Posteriormente, el 11 de marzo un terremoto de 8.9 grados en la escala de Richter afectaba el norte de Japón, provocando un fuerte tsunami y un accidente nuclear en Fukushima, que afectó la producción industrial del mundo, no sólo porque se interrumpió la cadena internacional de suministros, sino también la demanda de insumos. La desaceleración de la economía norteamericana en parte sería una de sus repercusiones.

Por el lado financiero, la amenaza de una suspensión de pagos de deuda en Grecia y el posible contagio a otros países de la zona Euro con problemas de endeudamiento provocaba un fuerte nerviosismo, porque las protestas sociales comenzaban a generalizarse y algunos gobiernos experimentaban el voto de castigo por la crisis económica. El movimiento de los “indignados” españoles, llamaba a seguir el ejemplo de los países árabes.

En mayo, la calificadora Standard & Poor’s ponía en perspectiva negativa la calificación de deuda de Estados Unidos y el gobierno de Barack Obama hacía una llamado a que el Congreso aprobara elevar el techo del endeudamiento, cuyo plazo límite es el 2 de agosto.

Respecto al punto anterior, Paul Krugman en su prestigiada columna en esta semana alertaba que sería muy grave que el Tesoro no cubriera sus obligaciones y que para evitar un terrible daño, seguramente Obama, recortaría los gastos sociales cediendo al chantaje de los Republicanos, quienes lograrían imponer su agenda. El nobel de economía ha advertido que un recorte drástico del gasto público para reducir el déficit público podría meter a la economía norteamericana en una recesión el próximo año, justo antes del proceso electoral, lo que seguramente arruinaría las posibilidades de reelección de Obama.

A pesar de estas preocupaciones, la apuesta sigue siendo positiva para el resto del año. La desaceleración experimentada en el primer semestre podría ser temporal en la medida en que Japón se vaya recuperando y que los países emergentes como China e India siguen jalando a la economía del resto del mundo.

Los países consumidores de petróleo decidieron liberar parte de su reserva estratégica para empujar los precios del petróleo a la baja evitando que la escalada especulativa que se registró en la primera mitad de 2008 se repita. Una vez, que se recupere la estabilidad política, el suministro de petróleo podría normalizarse y los precios de nueva cuenta retroceder a los niveles previos.

En lo que respecta la crisis de deuda europea, los bancos, especialmente los de la región, tendrán que reconocer parte de las pérdidas en una compleja renegociación, Alemania seguirá aportando recursos para evitar un riesgo sistémico y los países envueltos en una grave crisis fiscal, se verán obligados a aplicar programas de ajuste para poder recibir los recursos de los organismos financieros internacionales y de los países acreedores.

Por su parte, los grupos de poder en Estados Unidos tendrían que presionar a los representantes republicanos de que acepten elevar el techo del endeudamiento apelando al sentido de responsabilidad. El problema con los seguidores del Tea Party, es que no actúan en términos racionales y por ende olvidan o no reconocen que la reducción permanente de impuestos avalada por Obama el año pasado e impulsada por ellos ha agravado el deterioro fiscal. Sin embargo, aunque no son “suicidas”, si podrían condicionar elevar el techo del endeudamiento a cambio de fuertes recortes en el gasto social. Seguramente, Obama terminará cediendo una vez más, aunque esto implique agravar la pobreza y el deterioro social de la población más desprotegida.

No obstante, aunque todos estos riesgos se vayan resolviendo con sobre saltos y sin estar exentos de conflictos; esto no nos debe llevar a “echar las campanas al vuelo” por una recuperación moderada. La reactivación será lenta y el crecimiento bajo. La crisis hipotecaría del 2008-2009 dejo a las familias sobreendeudadas y descapitalizadas. El retiro de los estímulos y los subsidios, para ir reduciendo el creciente déficit público ira afectando la capacidad de consumo. El menor apoyo a los gobiernos locales, también afectará a las economías regionales.

Por lo que respecta a los indicadores de coyuntura en Estados Unidos, el índice manufacturero del ISM subió 1.8% a 55.3 en junio respecto al mes anterior, lo que fue recibido con optimismo, porque se rompió la tendencia de desaceleración registrada en los m eses anteriores.

En México, el IGAE creció 2.4% en abril (tasa anual), se confirmó la tendencia de desaceleración que ha venido presentando la actividad económica, replicando la tendencia que ha venido experimentando la economía de Estados Unidos. Sin embargo, sectores como el turismo y la construcción que se esperaba una mayor reacción, muestran un crecimiento muy bajo reflejando que la inseguridad y la austeridad en el gasto público los han afectado respectivamente.

El tipo de cambio fix cerró el 1º de julio en 11.6368, 24.5 centavos menos que una semana antes reflejando una menor incertidumbre global y una favorable entrada de capitales, especialmente inversión de cartera, cuyos flujos son muy volátiles.

En un breve comunicado “el Gobierno de México felicita a la señora Christine Lagarde por su designación como nueva Directora Gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), y le desea el mayor éxito en el desempeño de sus funciones al frente de dicho organismo”. Por su parte, Agustín Carstens explicaba en un artículo en Reforma por qué buscaba el cargo. Hay dos aspectos que no son explicados: 1) ¿por qué los países emergentes estratégicos no se sentían representados por él? y 2) ¿si sabía que sus posibilidades de ser electo eran muy bajas, por qué se postuló?

sábado, 25 de junio de 2011

Jun 25, 2011; Oferta y Demanda Global del primer trimestre de 2011 e indicadores de mayo

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“No somos malos mexicanos los que decimos que la inseguridad nos está afectando; ni tampoco son buenos quienes dicen que no ha perjudicado”

El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) informó el 21 de junio la Oferta y Demanda Global de bienes y servicios del primer trimestre de 2011 con lo que da cierre el reporte de las cifras macroeconómicas del periodo de México. Respecto la oferta, nos centraremos en las importaciones, porque sobre el PIB ya comentamos el punto en una Nota Económica previa. Por el lado de la demanda hay mucha tela de donde cortar.



Las importaciones crecieron 10.9% durante el primer trimestre (en tasa anual como el resto de las variaciones) marcando una importante desaceleración respecto a los trimestres previos. En términos de balanza de pagos, las compras al exterior habían crecido 20.4%. El menor crecimiento en las Cuentas Nacionales se debe que estas cifras se expresan en términos reales (deflactando el efecto de los precios) y por la apreciación del peso frente al dólar, que hace que el efecto de menor crecimiento se amplifique. Sin embargo, más allá de los efectos monetarios y cambiarios la percepción es que la economía mexicana comienza a desacelerarse.

Los gastos de consumo privado crecieron 4.9%, pero alentados por las compras de bienes importados (14.8%) porque las nacionales solo subieron un 3.1%, lo cual refleja claramente la apreciación del tipo de cambio y el lento crecimiento del mercado interno.

El consumo de gobierno subió un 1.3% que refleja la política económica de reducir el déficit, luego de la emergencia económica registrada en 2009 y que también se muestra en una caída de la formación bruta de capital fijo pública de 22.1%, que indica una señal preocupante de abandono del gasto productivo del gobierno y que se concentra en una caída de 26.4% en la construcción, lo que contradice el discurso oficial de darle relevancia al gasto en infraestructura y obra pública, y muestra más la prioridad de equilibrar las finanzas públicas.

La formación bruta de capital fijo creció 7.7% debido a que la privada subió 15.7% compensando la disminución de 22.1% de la pública. Queda claro que la inversión de los privados va en franca aceleración, pero que podría verse frenada por el menor dinamismo del mercado interno y por la incertidumbre sobre el desempeño de la economía mundial de la cambio sexenal del 2012.

Las exportaciones crecieron 14.1% en tasa anual en el primer trimestre, significativamente menos que el 22.9% de la balanza de pagos. Análogamente, al caso de las importaciones el dinamismo en pesos constantes es menor y refleja la desaceleración registrada en la economía mundial, y particularmente en la de Estados Unidos con su significativo efecto indirecto en la economía mexicana.

Por lo que respecta a las cifras de la balanza comercial de mayo, las exportaciones y las importaciones se reactivaron y justo es decirlo, modificaron la tendencia a la baja que se había presentado en los meses previos. Se reporta un superávit de 555 millones de dólares (mdd) en mayo acumulando un saldo favorable hasta ese mes de 3 mil 233 mdd.

Las ventas al exterior crecieron 25.4% en variación anual destacando el alza de las extractivas (72.5%) y de las petroleras (32.2%).Sin embargo, el desempeño en general fue bastante bueno si consideramos que las que tuvieron el menor aumento fueron las manufactureras no automotrices con un 22.7% de aumento.

Las exportaciones petroleras subieron gracias a que el efecto del alza del precio del petróleo crudo en 36.52 dólares a 104.33 dólares respecto al precio de mayo de 2010, el descenso del volumen registrado en mayo de 2010 (1.368 millones de barriles diarios vs. 1.591 un año antes). En ese sentido, la factura petrolera podría reducirse significativamente cuando el precio comenzara a reducirse a consecuencia de la desaceleración de la economía mundial.


Las exportaciones no petroleras registraron un gran repunte en mayo al crecer 24.2% en tasa anual, luego de que en abril subieron sólo 9.0% disipando la impresión de una fuerte desaceleración que enviaban las menores tasas de los meses previos. Las exportaciones a la industria automotriz subieron de 26.2% en mayo. Si bien el crecimiento fue más bajo que el de otros sectores como la minerometalurgia (58.3%); alimentes bebidas y tabaco (44.9%) y maquinaria equipo para la industria (41.6%), no deja de ser relevante considerando que los 6 mil 593 mdd registrados en 2011, representan el 21.2% de las ventas externas de mayo.

Por lo que respecta a las importaciones más relacionadas con el desempeño de la economía interna, crecieron 24.0% en mayo. El aspecto preocupante es que las petroleras crecieron 40.0%, que muestra claramente el fracaso de la política petroquímica del país, avalada por los analistas que pregonan que es un pésimo negocio para México producir gasolina y derivados del petróleo.

El fracaso de la industria petrolera mexicana se muestra claramente en que importamos mercancías con bajo valor agregados y exportamos principalmente petróleo crudo, el cual está dando señales claras de agotamiento por la explotación irracional de los yacimientos petroleros realizada en los últimos treinta y cinco años y acentuada desde el sexenio de Vicente Fox, alentada por los intelectuales orgánicos que decían que había que acelerar la extracción antes de que el precio se cayera por el cambio de paradigma energético a futuro.

Detrás del argumento a favor de la explotación acelerada de los yacimientos hay dos graves errores de diagnóstico que también se podrían considerar como falacias: que la energía nuclear iba a desplazar rápidamente a la generada por los hidrocarburos (los accidentes nucleares nos muestran que ello no es tan inmediato), y; olvidar que el petróleo crudo no sólo es insumo para los energéticos (gasolina, diesel, turbosina, etc.), sino que es una materia básica de la petroquímica secundaria.

El problema en realidad es más grave: México no cuenta con una política industrial, porque por la vía de los hechos sigue prevaleciendo la máxima de que “la mejor política industrial es la que no existe”. Por eso es que cada vez quedamos más rezagados respecto a los países emergentes (BRIC’s) y a los NIC’s.

Finalmente, cabe comentar que la tasa de desocupación de mayo fue de 5.20% mayor a la de un año antes (5.13%). Ajustada estacionalmente, INEGI la calcula en 5.54% superior al 5.22% de abril. Aunque algunos medios consideran estas cifras como una señal de desaceleración, no son concluyentes en ese sentido porque la tasa pudo haberse elevado no sólo por la llegada al mercado de trabajo de mucha gente joven, sino también por la incorporación a la PEA de trabajadores desalentados, que consideran que actualmente las condiciones económicas están mejor, como se pudiera pensar si consideramos la confianza en la situación económica presente.

domingo, 29 de mayo de 2011

Mayo 29, 2011: Proyecciones de crecimiento a la alza en México vs. indicadores de desaceleración de coyuntura en México

pabloail@yahoo.com.mx

Recientemente, la Organización para la Cooperación del Desarrollo Económico (OCDE) revisó los pronósticos para México de 2011, señalando que su PIB crecería 4.4% en lugar de un 3.8% previsto en noviembre pasado. También, el Banco de México (Banxico) ajustó su intervalo de pronóstico de 3.8-4.8% a 4.0-5.0%, sumándose a la ola de revisión de expectativas. Sin embargo, los datos recientes no apoyan esta tendencia.

El pasado 19, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) informó que el PIB creció 4.6% en el primer trimestre de 2011(I-11) en tasa anual, cuando los especialistas estimaban 5.0%, aunque algunos expertos incluso estimaban cifras cercanas al 6% apoyados en los buenos resultados de la balanza comercial enero-marzo, que crecieron 20.7% (tasa anual), aunque las de marzo ya marcaban una ligera tendencia de desaceleración, registrando un aumento de 16.3%.

Las cifras del PIB I-11 resultaron mixtas. Por un lado, había aspectos alentadores como el crecimiento de actividades económicas ligadas al mercado interno, que se mostraban rezagadas frente a actividades más ligadas al sector exportador (manufacturas), como es el caso de la Construcción (4.9%), Electricidad, gas y agua (8.6%) y Servicios Profesionales y Técnicos (6.9%) que por fin rompía una racha negativa de ocho trimestres; aunque seguían reflejándose desempeños desalentadores como el 0.8% de los Servicios de alojamiento y preparación de alimentos (ligados al turismo), 0.2% de los servicios de salud, 1.6% de servicios educativos y 2.9% de Otros servicios (excepto Gobierno, las cuales crecieron un 0.7%).

Implícitamente, lo que nos están planteando las previsiones al alza es que la desaceleración esperada en el sector externo va a ser compensada por la reactivación del mercado interno. Esto nos llevaría a: 1) revisar que se esperaría en el mercado externo (principalmente Estados Unidos (EUA), 2) que se prospecta en el interno.

En Estados Unidos, se ratificó el crecimiento de 1.8% por ciento en I-11 respecto al cuarto trimestre en variación anual ajustada estacionalmente, por abajo del 2.1% esperado. Desde el anuncio preliminar hace un mes, los pronosticadores han revisado a la baja sus proyecciones para 2011 de 3.1 a 2.5% y para 2012 de 2.8% a 2.0%, lo cual afectara el gran dinamismo de las exportaciones mexicanas registrado desde principios de 2010.

Las exportaciones totales de México crecieron 12.6% en abril, subiendo 9.0% las no petroleras y 35.1% las petroleras. En las no petroleras, hubo un aumento de 6.2% en las dirigidas al mercado de EUA y de 20.2% en las canalizadas al resto del mundo. Cabe destacar, que al comparar las gráficas de las series desestacionalizadas con las de tendencia ciclo la primera cruza a la segunda de arriba hacia abajo, lo que generalmente marca una tendencia a la baja.


Dentro de las exportaciones no petroleras destinadas a EUA, las de la industria automotriz crecieron 10.6% en abril y el resto 4.7%, lo cual refleja que no sólo la desaceleración norteamericana las afecta, sino también la apreciación del peso frente al dólar.

En la estructura de las exportaciones no petroleras de enero-abril 2011, las dirigidas a EUA representaron el 78.83% (20.92% Automotriz y 57.91% Otras); las destinadas al Resto del Mundo, el 21.17% (5.49% Automotriz y 15.68% Otras). Es decir, el peso de la Industria Automotriz en este tipo ya era del 26.41%.

Por lo que respecta a las importaciones, vinculadas al mercado interno y externo, porque muchas de las compras externas son insumos utilizados para exportar; crecieron 9.8% en abril derivado de un alza de 7.4% de las no petroleras y de 30.2% de las petroleras, que dicho de paso se concentra en gasolina y otros derivados del petróleo con mayor valor agregado.

Se hubiese esperado un mayor crecimiento de las compras externas dada la fortaleza del tipo de cambio. Las importaciones de bienes de consumo crecieron 12.7% marcando una desaceleración respecto al aumento de 23.2% enero-abril, se observa el mismo patrón en las de bienes intermedios no petroleras observándose tasas respectivamente de 5.3 y 15.5%. Sin embargo, las de bienes de capital crecen 19.0% en abril superando el 14.7% de enero-abril, esto es, siguiendo una tendencia de mayor alza contraria al resto de los demás rubros.

INEGI difundió los indicadores oportunos de ocupación y empleo de abril. La tasa de desempleo (TD) fue de 5.10% en abril, que si bien es más baja que la de abril de 2010 (5.42%), se esperaría que al irse consolidando la recuperación de la economía mexicana, ya se ubicara por debajo del 5.0%. La TD no siempre resulta un buen indicador del ciclo de la economía mexicana por varios motivos, entre ellos, porque debido a la creciente presión demográfica, la fuerza laboral tiende a crecer con el tiempo y el mercado laboral es muy dinámico, en ocasiones la TD puede crecer a pesar de que se esté presentando una recuperación económica, debido a que algunos trabajadores desalentados que estaban fuera de la población económicamente activa (PEA), vuelvan a sentirse motivados a regresar el mercado laboral, empujando la TD a la alza.

Hay algunos indicios de desaceleración de la TD, pero sin que sean muy definidos. La TD de marzo desestacionalizada fue de 4.91% vs. 5.11% de la tendencia ciclo; pero, en abril la ajustada vuelve a ser mayor a la de tendencia ciclo (5.17 vs. 5.09%).

Sin embargo, en algunos estados si se ven efectos negativos del menor dinamismo exportador, como de la violencia, al ser la TD (en promedios móviles) de abril de 2011 mayor a la del mismo mes del año pasado como lo muestra este cuadro:
En conclusión, a pesar de que hubo algunos indicadores favorables como las importaciones de bienes de capital de abril y de la TD ajustada estacionalmente vs. la tendencia-ciclo; hubo otras con señales de desaceleración, incluidas las de ventas al mayoreo y al menudeo de marzo. Por otra parte, la creciente violencia sí está afectando la inversión en el norte del país y el turismo internacional y nacional, como era de esperarse.

Ir en contra de la corriente, a veces resulta arriesgado. Sin embargo, sigo creyendo que en este 2011, la economía mexicana se desacelerará respecto a 2010, por lo que mantengo que este año el PIB crecerá 3.9% respecto a un 5.4% revisado del año pasado.

jueves, 5 de mayo de 2011

Mayo 5, 2011: El déficit público de Estados Unidos y la advertencia de Standard & Poor’s


pabloail@yahoo.com.mx

El lunes de Semana Santa la calificadora Standard & Poor’s puso en perspectiva negativa la calificación de deuda soberana de Estados Unidos (EUA). Esta medida, si bien era previsible no dejo de causar cierta sorpresa en virtud de que se había establecido por convención que esta deuda siempre estaría libre de riesgo.

Desde hacía tiempo, diversos expertos en el tema había advertido sobre la necesidad de que Estados Unidos comenzara a corregir el déficit público creciente. Por ejemplo, en un estudio publicado por la OCDE en noviembre pasado se recomendaba una reforma fiscal para que se incrementaran los ingresos tributarios. Las proyecciones eran bastante preocupantes, a pesar de que suponía erróneamente que la enmienda de reducción de impuestos que comenzó en 2001 y concluiría en 2010, no sería prorrogada.

Previó al anuncio de S&P, Barack Obama había pronunciado un discurso donde acusaba a los representantes republicanos de bloquear la aprobación del presupuesto y hacia un exhorto a realizar una reforma fiscal urgente. La respuesta de sus opositores fue que más que buscar aumentar impuestos debería de dar reversa a la ley de salud por los impactos presupuestales desfavorables. Al parecer Obama ha decido “rasurar” el presupuesto para el sistema de salud y otros gastos sociales para enfrentar el creciente déficit fiscal.

Entre 1996 y 2001, EUA estaba una situación de superávit público, es decir, los ingresos eran superiores a los gastos. En el 2000, los ingresos se acercaban al 21% del PIB y los egresos al 18%. Esto se debía a que habiendo sido el ganador de la guerra fría, la potencia mundial podía comenzar a reducir su gasto militar y por otra parte la economía se encontraba en el ciclo expansivo de su historia registrando crecimientos elevados apoyados en la nueva economía que había estimulado la productividad.

Sin embargo, el desplome de los mercados bursátiles con el estallido de la burbuja especulativa provocada por la fiebre de las empresas punto.com, generó un enorme descalabro provocando un efecto “riqueza negativo” que metió a la economía norteamericana en una recesión económica que comenzó en marzo de 2001, por lo que el presidente George Bush conseguiría el apoyo del Congreso para que decretara una reducción generalizada de impuestos que beneficiaba preferentemente de más altos ingresos para amortiguar dicho efecto. Posteriormente, el ataque a las torres gemelas el 11 de septiembre dañaría severamente la confianza y volvería a disparar el gasto militar de manera vertiginosa. La Reserva Federal (Fed) se sumaría a la tarea de reactivar la economía reduciendo de manera agresiva las tasas de interés.

Una gráfica histórica de los ingresos y gastos como porcentaje del PIB de EUA desde 1971 hasta las proyecciones del 2011, nos muestra como los gastos se disparan en 2008 como consecuencia del rescate financiero y como se dispara a un más en 2009 con el programa de estímulo al punto que los gastos representaban 25% del PIB y los ingresos 15%. De esta forma el déficit fue de $1.4 billones en 2009, el mayor desde 1945, y de $1.3 billones en 2010, representando respectivamente 10.0% y 8.9% del PIB.

En abril pasado, la Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO por sus siglas en inglés) difundió un Análisis de la Propuesta Presupuestaria del Presidente para el año fiscal 2012. En este documento la CBO señala que la propuesta del Presidente si fuese aprobada implicaría un déficit mayor al del escenario base que ya tenía contemplado. En 2011 el déficit representaría 9.5% del PIB y 7.4% en 2012. Si bien se reduciría hasta 4.1% del PIB, volvería a subir hasta 4.9% del PIB en 2021. Las proyecciones del CBO son más conservadoras que las del Presidente.

Si bien la CBO reconoce que entre 2012 y 2016 la propuesta del mandatario estimularía el PIB en el corto plazo por un incremento del ingreso disponible ocasionado por las reducciones de impuestos; posteriormente, ésta reduciría el producto, porque los efectos crecientes de la deuda gubernamental más que compensaría los efectos estimulantes de menores tasas marginales de impuestos. De esta forma el CBO estima que la propuesta del Presidente reduciría el PIB real en relación a su escenario base entre 0.1 y 1.7 en el periodo de 2017 y de 0.7 y 3.8% en el largo plazo.

Cabe hacer hincapié que la CBO ha reiterado que el enorme incremento de la deuda, más el alza en las tasas de interés derivado de la recuperación de la fortaleza de la economía, el pago de intereses de la deuda se disparara al cielo en la próxima década. También han insistido en que el envejecimiento de la población y los crecientes costos de los servicios de salud empujaran los gastos como porcentaje del PIB. La seguridad social se incrementara de alrededor del 10% del PIB en 2011 a por arriba del 16% los próximos 25 años.

Es decir, pareciera que la CBO apoya de manera implícita la posición de los republicanos, a pesar de que ha hecho alusiones de que no está de acuerdo con la continuación de los recortes de impuestos. No hay una reflexión sobre la seguridad social es un gasto necesario para mantener el bienestar de la población y se olvida que la política fiscal podría ayudar a mejorar la distribución del ingreso y mejorar la justicia social en un país amenazado por la descomposición social. En lugar de ello, Obama motivado por la mayor popularidad por la eliminación de Ben Laden, estaría tentado a incrementar el gasto militar, reducir el gasto social y recortar los impuestos, aunque ello deje a EUA en una crisis fiscal en el mediano plazo.

¿Reducirá S&P la calificación de EUA? No lo creo, porque está interpretara que la reducción del presupuesto del Medicare y Medicaid y el Seguro de Salud de los Niños es lo correcto, a pesar de que eso no reduzca realmente el déficit público? ¿Qué quiero decir con esto? Que la discusión de las finanzas públicas en EUA y en los organismos internacionales está ideologizada porque ubican el problema en los gastos sociales y no en los enormes costos del rescate financiero y en la política fiscal tan regresiva que hay en EUA. Pero esto no debiera de extrañarnos porque también sucede en México.

domingo, 10 de abril de 2011

Abril 10, 2011: Del desarrollo estabilizador a la estabilización sin desarrollo en México (quinta parte)


El segundo semestre de 2006 fue verdaderamente conflictivo política y socialmente en México, al punto de estar amenazada la gobernabilidad del país. Unas elecciones presidenciales muy cerradas y la negativa de las autoridades electorales a realizar un recuento de votos por no haber la obligatoriedad legal, pero sobre todo, la falta de voluntad política, exacerbó los ánimos. Los seguidores de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) bloquearon el Paseo de la Reforma dos meses y medio, quienes ante la negativa de aceptar el fallo del Tribunal Federal Electoral del Poder Judicial de la Federación habían decidido radicalizar la resistencia civil.

En Oaxaca, la decisión del gobernador Ulises Ruiz de acabar con las protestas de los maestros en junio mediante el uso de la fuerza pública, provocó un amplio movimiento popular que buscaba su renuncia. En el resto del país, los diversos grupos del narcotráfico y de la delincuencia organizada aprovechaban la coyuntura de un gobierno federal debilitado y concentrado en resolver la problemática de la transición sexenal para consolidar su poder en amplias regiones como un efectivo poder paralelo.

La necesidad de legitimarse y de consolidarse en el poder, obligó al entonces presidente electo, Felipe Calderón Hinojosa a negociar el respaldo del PRI, que estaba dispuesto a otorgarle su reconocimiento a cambio de cogobernar desde el poder legislativo y las gubernaturas estatales y que el PAN rechazara los juicios políticos en contra de los gobernadores de Puebla y Oaxaca. Se repetía la historia del sexenio salinista, pero con intercambio de roles entre el PAN y el PRI, luego de una crisis postelectoral. De nueva cuenta el país quedaba en medio del encono y la falta de consensos para construir un proyecto nacional.

El 1 de diciembre de 2006 ocurría un hecho inédito en la historia. A las 0:00 hrs. el presidente Calderón flanqueado por los Secretarios de la Defensa Nacional y de la Marina anunciaba que asumía el cargo desde ese momento. El hecho resultaría emblemático para el resto del sexenio, puesto que gobernaría y ejercería su autoridad con el respaldo de las fuerzas armadas de manera activa, rompiéndose la regla establecida desde mediados del siglo XX, de que los militares no intervendrían en asuntos políticos. El mensaje disuasivo a AMLO era muy claro y contundente, quien tuvo que exhortar a sus seguidores a que mantuvieran la calma y se replegaran.

El gabinete se conformó con la lógica del pago de compromisos y del premio al círculo cercano conformado por una tecnocracia de doctorados en el extranjero, que con gran prepotencia e inexperiencia estaban deseosos de ejercer el mando generando situaciones de conflicto, que llevaron a las renuncias de varios secretarios pasado el año. Sólo habría lugar para el primer círculo del Presidente y los incondicionales; ante la disyuntiva de capacidad o lealtad, ésta prevalecería.

Sin embargo, económicamente las cosas no iban tan mal. El PIB creció 5.1%, la inflación repuntaba, pero cerraba el año en 4.05%, la economía de Estados Unidos ayudaba a un favorable desempeño de las exportaciones. Los organismos internacionales otorgaban el beneplácito al nombramiento del nuevo Secretario de Hacienda, Agustín Carstens, que había sido adelantado para tranquilizarlos. En ese tiempo se comentaba que los extranjeros veían con más optimismo el futuro del país que los mexicanos.

En la segunda semana de diciembre de 2006, se lanza un operativo masivo del ejército en Michoacán y otro un mes después en ciudad Juárez. El llegar a poner orden fue recompensado en ese momento en alza en los niveles de aprobación del Presidente. Sin embargo, aunque la estrategia era redituable en el corto plazo, exhibiría sus limitaciones, porque los traslados no podían ser permanentes y las plazas eran recuperadas por los grupos de la delincuencia organizada, que contraatacaba en otros puntos del país, ampliando la zona de conflicto. En un principio, el gobierno federal festinaba el efecto “cucaracha” como una muestra de la efectividad. Asumía el hecho de que habría “daños colaterales”; sin embargo, estos fueron creciendo más allá de lo que se había previsto. A finales de marzo de 2011, los especialistas del sector privado encuestados por Banco de México consideraban a la inseguridad pública como el factor que más podría limitar el crecimiento en los siguientes seis meses.

En 2007, Calderón impulsaba activamente las relaciones internacionales. Fundamentalmente, trataba de fortalecer la inversión extranjera y el comercio vendiendo la idea de que su gobierno no era como el resto de la izquierda latinoamericana, donde no había garantías para la inversión foránea. Anticipaba la promesa de que lograría sacar adelante varias reformas estructurales que estaban detenidas, que acabaría con el poder de los oligopolios (Telmex y Telcel), que permitiría la privatización en sectores reservados para el estado y que flexibilizaría las relaciones laborales, modificando la ley federal del trabajo, entre otras cuestiones.

La realidad interna era muy distinta. El PRI sólo permitiría pasar algunas reformas y con modificaciones a la propuesta inicial. Se pasó una reforma al sistema de pensiones de los trabajadores del estado, que obligaba a los nuevos empleados a crear cuentas individuales para el retiro y al resto les daba la opción de que continuaran con el sistema solidario anterior. La enorme mayoría optó por el viejo sistema.

Se impulsó una reforma fiscal integral. Se aprobó el Impuesto Empresarial a Tasa Única (IETU) a personas físicas y morales mediante el cual el gobierno acentuaba el control sobre los contribuyentes y obligaba a que se hiciesen declaraciones mensuales. Sin embargo, la reforma no canceló los regímenes especiales ni la exención del IVA en medicinas y alimentos, así como la tasa cero en algunos tipos de bienes, por lo que, la evasión y elusión continuó, pero haciendo más gravosa la carga fiscal con los contribuyentes cautivos. Hubo otras medidas complementarias como grabar los depósitos en efectivo en los bancos con un 2%.

Sin embargo, el efecto no deseado de esta reforma fue alentar la informalidad y que una parte significativa de las transacciones se haga al margen del sistema bancario para evitar las penalizaciones. Por otra parte, se redujo el apoyo público a ulteriores reformas.

Por el lado del gasto, se implementó el presupuesto basada en resultados, estableciendo el Sistema de Evaluación de Desempeño (SED) para los programas presupuestarios (PP). Los programas sociales serían evaluados por el Coneval y el resto por la Secretaria de Hacienda. No cabe duda que “el camino al infierno está plagado de buenas intenciones”, puesto que no se han eliminado las simulaciones o se implementan incentivos perversos para reducir los PP en los que se otorgan subsidios a la población. En el primer caso está el Fondo PYME, cuyos recursos son distribuidos a través de organismos intermedios, pero sin controles, coordinación, ni indicadores como lo estableció recientemente la Auditoría Superior de la Federación en la revisión de la Cuenta Pública 2009 divulgada recientemente. En el otro caso, se imponen severas reglas de operación que impide el otorgamiento de los recursos a la población objetivo y después se les castiga por ineficientes. La OCDE también ha alertado sobre el potencial conflicto de intereses entre los evaluadores externos y las dependencias evaluadas o que encargan los dictámenes. En sentido contrario, están los PP, donde el gasto ejercido sobrepasa con mucho el asignado, ya sea porque se ven beneficiados por otros ingresos fiscales no contemplados en el presupuesto original o por criterios discrecionales.

A principios de 2008, la crisis hipotecaria de las subprime amenazaba con convertirse en una crisis financiera mundial. La recesión en Estados Unidos había comenzado en diciembre de 2007. Sin embargo, el optimismo gubernamental -“el catarrito” de Cartens o de algunos comentaristas “oficiales” que se empeñaban en no reconocer que la desaceleración amenazaba con convertirse en recesión- negaba el gran peligro que se avecinaba sobre la economía mexicana.

En marzo de 2006, se aprobó la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria, que establecía la obligatoriedad de un presupuesto balanceado, lo que acentuaría el carácter procíclico del gasto público. Cuando la crisis económica mundial estalló en septiembre de 2008, tuvo que ser modificada para permitir déficit en situaciones especiales, como era el caso.

En octubre de 2008, se aprobaba una reforma energética. Calderón se congratulaba del éxito, cuando en realidad era muy distinta a su propuesta original, y más acorde al PRI y al PRD. La petroquímica secundaria seguiría siendo una actividad exclusiva del estado. En 2009, se decidió que una nueva refinería se construiría en Tula, Hgo. Sin embargo, a dos años de distancia el Gobierno Federal ha venido implementando tácticas dilatorias para no iniciar su construcción y ha manifestado en diversos foros su intención de promover otra reforma.

En las elecciones de diputados federales del 2009, el PRI pasa a ser la primera fuerza en la Cámara baja con 237 escaños con un elevado voto de castigo por la situación económica y aprovechando el efecto no deseado de la campaña del voto en blanco que le ayudó a ganar de manera muy cerrada algunos distritos que tradicionalmente eran bastiones del PAN y del PRD, que con los de su aliado Verde, le permite tener mayoría. La renuncia de Germán Martínez y su sustitución por César Nava en la dirección del PAN reflejaba elocuentemente el fracaso político. El PRI aprobaba el alza del IVA de 15 a 16% y en otros impuestos a cambio del que PAN no se aliara con el PRD.

En el 2010, todo pintaba para un “carro completo” en las elecciones estatales. Sin embargo, la alianza entre el PRD y el PAN combinada con la imposición de candidatos del PRI por los gobernadores provocó la derrota en Oaxaca, Puebla y Sinaloa. Mientras tanto, el país festejaba el Bicentenario de la Independencia y el Centenario de la Revolución en una ambiente social empañado por la ola de violencia y terror en muchas regiones. El gobierno le echaba la culpa a los medios de la mala percepción sobre la inseguridad, cuando el pobre desempeño del turismo, la queja de los gobiernos extranjeros y organismos empresariales, y el abandono de poblados dicen lo contrario.